Así lo informó este viernes la Secretaría de Derechos Humanos de Argentina, que fue querellante en el juicio junto a la Subsecretaría de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires.
El Tribunal Oral Federal 1 de La Plata, de la provincia de Buenos Aires, condenó a prisión perpetua a los ex policías bonaerenses Miguel Osvaldo Etchecolatz y Julio Garachico, quienes escucharon la lectura del veredicto de manera virtual, el primero desde una clínica donde se encuentra internado y el segundo desde su prisión domiciliaria en la ciudad de Mar del Plata, de esa provincia.
Según se informó, Garachico, quien fue jefe de calle de la Unidad Regional La Plata de la Policía Bonaerense, continuará en prisión domiciliaria luego de ser encontrado culpable como coautor de homicidio agravado de tres personas y por la privación ilegal de la libertad y tormentos contra las siete víctimas.
En tanto, Etchecolatz, quien fue director de Investigaciones de la Policía Bonaerense durante la dictadura militar, ya había sido condenado en 2006 por los casos de dos de las víctimas, por lo que fue considerado coautor de los secuestros, tormentos y homicidios de otras dos personas.
Ambos acusados ya tenían condenas previas: Etchecolatz, quien tuvo a su cargo buena parte de los centros clandestinos de detención del circuito represivo denominado "Circuito Camps", fue condenado en ocho oportunidades y en cinco de ellas, a prisión perpetua, en tanto Garachico fue juzgado en 2014 en la causa denominada “La Cacha”, en la que recibió la pena de prisión perpetua.
La investigación de esta causa comenzó con las pruebas aportadas durante el testimonio del sobreviviente Jorge Julio López en el juicio “Etchecolatz” en 2006, donde mencionó a Garachico como uno de sus torturadores y reconstruyó el paso de algunos de sus compañeros por el centro clandestino. Tras esa declaración, López fue nuevamente desaparecido y aún no se conoce su paradero.
La lectura del veredicto por parte de los jueces José Antonio Michilini, Andrés Basso y Alejandro Esmoris se realizó de manera presencial en la Cámara de Apelaciones de La Plata y contó con la masiva presencia de público, conformado por sobrevivientes, familiares y organismos de derechos humanos.