El Ibovespa, principal índice de referencia de la plaza, caía desde los casi 110.000 puntos con los que terminó 2022 hasta 106.332 enteros a las 14.00 de este lunes (17.00 GMT), en su primer día de operaciones del año y tras el regreso de Lula al poder.
El dólar era vendido en el tipo de cambio comercial a 5,340 reales, con una apreciación del 1,17 % y una de sus mayores subidas en las últimas semanas, aunque moderando un poco el salto del 1,26 % que tuvo en la primera hora de operaciones del mercado de divisas.
El mercado reaccionó negativamente a una de las primeras decisiones de Lula, que mantuvo los actuales subsidios a los combustibles pese a que había dicho que los eliminaría.
En un esfuerzo por impedir que una subida del precio del diésel y de la gasolina pueda impactar la inflación en sus primeros meses de Gobierno, Lula renovó en el primer día de su tercer mandato una medida de su antecesor, Jair Bolsonaro, para suspender el cobro de impuestos federales sobre los combustibles.
La exención, un subsidio a los combustibles que reduce la recaudación tributaria, pone en duda la capacidad del Gobierno de alcanzar un superávit este año y amenaza con elevar aún más el ya abultado déficit en las cuentas públicas brasileñas.
Con la decisión, las acciones ordinarias de Petrobras, controlada por el Estado y una de las más negociadas en la bolsa, caían el 5,99 % a la media sesión de este lunes.