"No es ningún secreto que el Estado de Israel concede gran importancia a nuestra relación histórica con Turquía, al igual que yo personalmente. Se trata de una relación que ha conocido crisis en el pasado pero que ahora, para nuestra alegría, se encuentra en una trayectoria muy alentadora", dijo Herzog, tras una ceremonia en la Residencia Presidencial en Jerusalén.
"Estoy seguro de que todos seguiremos fortaleciendo las relaciones entre nuestros países desde el respeto mutuo, en aras de un futuro mejor", añadió el mandatario, al extender una invitación al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, para que realice una visita oficial a Israel.
Este mismo miércoles, los embajadores de Australia, Filipinas, El Salvador y Corea del Sur también entregaron sus credenciales a Herzog.
Israel y Turquía retomaron plenamente sus relaciones diplomáticas en agosto, tras dos años de lenta reconciliación. El proceso de acercamiento, facilitado por la visita de Herzog a Ankara en marzo pasado, se aceleró notablemente en 2022.
En diciembre, la nueva embajadora de Israel en Turquía, Irit Lillian, entregó sus credenciales a Erdogan, luego de haber sido nombrada en septiembre.
Turquía e Israel, aliados desde la fundación del Estado judío en 1948, rompieron relaciones tras el incidente del Mavi Marmara en 2010, en el que un comando israelí mató a diez activistas turcos que navegaban hacia Gaza. Las retomaron en 2016 y volvieron a distanciarse en 2018 por la respuesta de tropas israelíes a los disturbios en la frontera con Gaza.
En noviembre pasado, tras ganar los comicios en Israel, el derechista Benjamín Netanyahu habló con Erdogan, en una llamada en la que ambos mostraron su disposición para mantener los lazos y reforzar significativamente las relaciones económicas.
Netanyahu, que ha gobernado Israel durante 15 años, estuvo muy enfrentado con Erdogan en el pasado. Los mandatarios se lanzaban duras acusaciones abiertas por asuntos de distinta índole, en especial en relación a la política israelí en territorio palestino ocupado.
La semana pasada, Turquía transmitió a Israel su rechazo a la "inaceptable" visita del nuevo ministro de Seguridad Nacional israelí, el ultraderechista Itamar Ben Gvir, a la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén.
Este lugar es el tercero más sagrado para los musulmanes -alberga la importante mezquita de Al Aqsa y el Domo de la Roca, donde se cree que Mahoma ascendió al cielo- y el primero para los judíos, que lo llaman Monte del Templo porque creen que allí se levantó el Segundo Templo.
Según el statu quo vigente desde 1967, cuando Israel ocupó la parte este de Jerusalén donde se ubica la explanada, el recinto está reservado exclusivamente al culto del islam, mientras que los judíos solo pueden entrar como visitantes y rezan en el adyacente Muro de los Lamentos.
El Gran Rabinato de Israel solo autoriza el rezo a ciertos rabinos en la explanada, pero en los últimos años, muchos de ellos alineados con el movimiento del sionismo religioso han cambiado esa recomendación y abogan por el rezo general en ese lugar.
Abanderando ese movimiento, Ben Gvir, conocido por su retórica racista antiárabe, ha irrumpido en el lugar con numerosos colonos judíos desde antes de asumir su cargo como ministro, atizando enfrentamientos y tensiones con los palestinos.