Comisario Europeo sobre la crisis del agua: "Ningún país saldrá indemne"

Javier AlbisuBruselas, 22 mar (EFE).- Más de 2.000 millones de personas en el mundo viven sin acceso al agua potable, un recurso natural sometido a una creciente presión por el cambio climático y cuya escasez y deterioro pone en riesgo la seguridad alimentaria de millones de seres humanos y amenaza con desestabilizar buena parte del planeta.

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"No podemos seguir ignorando la crisis mundial del agua (...), un recurso natural vital que lleva décadas agotado, contaminado y mal gestionado", dice en una entrevista con EFE el comisario europeo de Medioambiente, Virginijus Sinkevicius, quien avisa de que "las catástrofes de 2022 son un aviso de lo que está por venir".

El 40 % de la población mundial vive en zonas afectadas por el estrés hídrico, cifra que aumentará de forma aguda hasta la mitad de la población global en 2030, según los datos que maneja la Comisión Europea, que esta semana ha avisado de que los datos sugieren que la Unión Europea se encamina hacia otra grave sequía este verano, tras un 2022 dramático.

"La crisis del agua está cada vez más entrelazada con el calentamiento global y la pérdida de biodiversidad (...). Ningún país saldrá indemne. Y ningún país puede resolver el problema por sí solo", responde el político lituano por correo electrónico, coincidiendo con el Día Mundial del Agua.

CONFERENCIA DE LA ONU

Sinkevicius se expresa sobre los recursos hídricos coincidiendo también con el inicio de la primera Conferencia del Agua de Naciones Unidas en cincuenta años, que se celebra en Nueva York entre el 22 y el 24 de marzo y pretende garantizar el acceso global al agua potable y su gestión sostenible en 2030.

"El agua es un bien común que debe seguir siendo fuente de cooperación, y no de conflicto", razona el comisario.

Espera que de ese foro emerjan "compromisos ambiciosos" que se implementen y "no se queden en el papel, en ámbitos como el acceso al agua potable, la protección de los ecosistemas, la circularidad en el uso del agua y la cooperación transfronteriza en materia de agua", así como en "innovación y financiación".

Entre 2014 y 2020, la Unión Europea invirtió 3.700 millones de euros para aumentar el acceso al agua potable y el saneamiento en todo el mundo, de los que 1.700 millones de euros se destinaron a África y, de cara a 2030, el bloque comunitario aspira a apoyar el acceso al agua a 70 millones de personas, resume.

GUERRAS DEL AGUA Y MIGRACIONES

El aumento del consumo de agua por el incremento de la población mundial y el crecimiento económico, el calentamiento climático y sus fenómenos extremos asociados o la contaminación de los acuíferos son algunos de los desafíos a los que se enfrenta el planeta.

"La escasez de agua, y más generalmente el cambio climático, es un multiplicador de amenazas y puede poner en peligro la paz y la seguridad. Los riesgos relacionados con el agua pueden tener graves efectos humanos y costos económicos, afectando en particular a quienes se encuentran en las situaciones más frágiles y vulnerables. Todo esto puede conducir a la pérdida de medios de subsistencia y al desplazamiento", reconoce Sinkevicius.

Hay académicos que vinculan la escasez hídrica al incremento de los conflictos armados y Naciones Unidas estima que el deficit de agua está vinculado al 10 % del aumento de la migración mundial.

Sin embargo, el comisario matiza que en Europa "el impacto de la escasez de agua en la migración aún no está del todo claro" pues "por ahora no hay evidencia científica que sugiera la correlación directa".

"El desplazamiento está fuertemente vinculado a las tendencias demográficas y otros impulsores de migración, y también depende de las condiciones locales y geográficas y del contexto geopolítico", indica Sinkevicius, quien agrega que la Comisión investiga actualmente "el vínculo entre el cambio climático, el agua y tendencias demográficas" para formular sus futuras políticas.

EL CIUDADANO DE A PIE

Los ciudadanos también pueden aportar su granito de arena, adoptando hábitos que, agregados, pueden marcar una gran diferencia.

"¡Cada gota cuenta!", dice el comisario, que señala que la acción más obvia es ahorrar acortando las duchas, reciclar envases para evitar la contaminación por plásticos y microplásticos, comprar sólo pescado sostenible o consumir turismo y productos que respeten el medioambiente.

No obstante, lo más importante es "ser conscientes de nuestra huella hídrica, es decir, la huella oculta agua en los productos cotidianos", como los alimentos, la energía o la ropa.

"¿Sabías que la fabricación de una camiseta nueva consume la asombrosa cantidad de 2.700 litros de agua? Esta es suficiente agua potable para una persona durante dos años y medio", concluye el comisario.

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