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"Sigo decidido a seguir haciendo todo lo que esté en mi mano para contribuir a reducir el riesgo de accidente nuclear durante la trágica guerra de Ucrania", declaró Grossi en un comunicado.
La visita busca subrayar la "urgente necesidad de proteger" la instalación, señaló el OIEA en esa nota.
Esta será la segunda vez que Grossi visita Zaporiyia, la mayor central nuclear de Europa, desde el 1 de septiembre.
El Organismo tiene destinado en la planta a un equipo para apoyar al personal ucraniano que sigue operando la planta, ocupada por Rusia desde casi el comienzo de la invasión en febrero de 2022.
Grossi lamentó que, pese a esa presencia permanente, la situación es aún precaria.
"Los peligros para la seguridad nuclear son demasiado evidentes, al igual que la necesidad de actuar ahora para evitar un accidente con posibles consecuencias radiológicas para la salud y el medio ambiente de la población de Ucrania y de otros países", alertó el diplomático argentino, que lleva meses solicitando la creación de una zona de seguridad alrededor de la planta.
Los bombardeos en las inmediaciones de la central ha provocado ya varias veces que pierda el suministro eléctrico y que varios sistemas esenciales de seguridad dependieran momentáneamente de la electricidad que facilitaban generadores de emergencia.