Raab dejó sus cargos el viernes tras publicarse un informe legal encargado en noviembre por el primer ministro, Rishi Sunak, que respalda varias acusaciones de acoso en su contra cuando era ministro del Brexit, Exteriores y Justicia.
Además de la investigación sobre la conducta de los políticos, el secretario general de FDA, Dave Penman, ha pedido a Sunak que ordene revisar el procedimiento de presentación de quejas contra ellos.
Un reciente informe del sindicato revela que uno de cada seis altos funcionarios públicos ha presenciado mala conducta de ministros en los últimos 12 meses, se indica en un comunicado.
Según Penman, esto demuestra que Raab no es una sola manzana podrida y que existe un problema más amplio con el acoso ministerial de lo que el primer ministro quiere admitir".
En declaraciones a Radio 4 de la BBC, el líder sindical criticó además que Raab está sentando "un peligroso precedente" al culpar de su suerte a lo que calificó como "un grupo de funcionarios activistas", quienes, según él, se oponían a su programa de acción.
Aunque dimitió porque se había comprometido a aceptar las conclusiones del abogado Adam Tolley, Dominic Raab mantiene que su conducta no equivalió a acoso, ha responsabilizado de las quejas a funcionarios con presunta motivación política y alerta de que penalizar un estilo de mano duro socavará la labor del Gobierno.
Aunque algunos diputados conservadores han salido en defensa del exministro de Justicia y juzgan que el informe de Tolley no evidencia acoso, varios altos funcionarios británicos antiguos y actuales han declarado públicamente que ya le advirtieron de que su comportamiento no era aceptable.