"El comandante de la brigada de investigación de la Gendarmería de Ouahigouya me explicó que unas sesenta personas fueron asesinadas en el pueblo de Karma", dijo Kaboré en un comunicado difundido a última hora del pasado domingo en los medios locales.
"Los autores de estos hechos también robaron diversos bienes", añadió el fiscal.
Según Kaboré, hubo varios heridos que están siendo atendidos y el Gobierno burkinés ha dado instrucciones para que empiece una investigación "para esclarecer los hechos e interrogar a todas las personas involucradas en los mismos".
El suceso ocurrió un día después de que el presidente de transición de Burkina Faso, Ibrahim Traoré, firmase un decreto de movilización general y de alerta de un año de duración para luchar contra la inseguridad yihadista, que da derecho al Gobierno a "requerir personas, bienes y servicios".
Además, unos días antes, el pasado 15 de abril, al menos cuarenta Voluntarios por la Defensa de la Patria (VDP) -civiles que colaboran con el Ejército burkinés contra los grupos yihadistas- y unos cincuenta presuntos terroristas murieron en un ataque de los yihadistas contra un campamento militar ubicado a unos quince kilómetros de Ouahigouya.
Burkina Faso sufre frecuentes atentados yihadistas desde abril de 2015, perpetrados por grupos ligados tanto a Al Qaeda como al Estado Islámico, sobre todo en el norte de su territorio.
Además, el país encajó dos golpes de Estado en 2022: uno el 24 de enero, dirigido por el teniente coronel Paul-Henri Sandaogo Damiba, y otro el 30 de septiembre cometido por Traoré.
Las dos tomas del poder por los militares tuvieron lugar tras el descontento entre la población y el Ejército por los ataques yihadistas, que han forzado el desplazamiento de cerca de dos millones de personas, según los últimos datos del Gobierno.