Unas 10.000 personas se manifestaron en el centro de Atenas, según la Policía, mientras que movilizaciones se produjeron en todas las principales ciudades griegas.
No faltaron los lemas y las pancartas que aludían al accidente de ferrocarril del pasado 28 de febrero que dejó 57 muertos, en su mayoría jóvenes universitarios, y que arremetían contra las políticas de privatizaciones en el sector ferroviario.
“Vosotros contáis ganancias y pérdidas, nosotros vidas humanas”, se podía leer en una pancarta que levantaron trabajadores en Salónica, segunda ciudad de Grecia.
Los trabajadores del metro y del tranvía de Atenas se sumaron a la huelga general de 24 horas convocada por los sindicatos de los sectores privado y público, GSEE y ADEDY.
A las movilizaciones de la capital asistieron también líderes de partidos de la oposición que quisieron dar su mensaje de cara a las elecciones generales que se celebrarán el próximo día 21.
“En las próximas elecciones tenemos que apoyar al Partido Comunista de Grecia (KKE) para que se fortalezca el movimiento de los trabajadores y abrir el camino para cambios radicales en la economía y la sociedad”, señaló el secretario general de esta formación, Dimitris Kutsubas.
Por su parte, el líder de los socialdemócratas de Pasok-Kinal, Nikos Andrulakis, criticó al Gobierno conservador del primer ministro, Kyriakos Mitsotakis, por “degradar los convenios colectivos de los trabajadores” y crear un desarrollo económico “que crea puestos de trabajo de 400 y 500 euros”.
La escena más emblemática de la jornada fue cuando unos 8.000 trabajadores del sindicato comunista PAME cantaron frente al Parlamento heleno el himno de la Internacional.
Los últimos sondeos sitúan a la conservadora Nueva Democracia de Mitsotakis en el primer lugar de la intención del voto, con un 32 %, seguida del izquierdista Syriza, que obtendría el 26 %.
Los socialdemócratas quedarían terceros con un 9,5 %, por delante del Partido Comunista de Grecia (KKE, 6 %) y el izquierdista MeRA25 (5 %) del exministro de Finanzas Yanis Varufakis.
De momento, las formaciones de la oposición de izquierda se encuentran enzarzadas en disputas entre ellas, y cada una intenta presentarse como la única alternativa a los conservadores.