En todo 2022, ingresaron de manera no autorizada en Alemania 91.986 personas, y en 2021, 57.637, frente a 111.843 en 2016, un año después de la llamada crisis de los refugiados.
Sólo en septiembre pasado, la policía contabilizó 21.366 personas que entraron en el país sin permiso, aproximadamente el doble que en julio, y la cifra más elevada desde febrero de 2016, con 25.650 entradas no autorizadas.
En septiembre de 2022, ingresaron irregularmente en Alemania 12.709 personas, y en ese mismo mes de 2021, 6.101.
El canciller alemán, Olaf Scholz, había anunciado en la revista "Spiegel" su intención de tomar medidas más duras contra los solicitantes de asilo rechazados y limitar la inmigración irregular en Alemania.
"Debemos expulsar de una vez a gran escala a quienes no tienen derecho a permanecer en Alemania", declaró.
El pasado lunes, la ministra del Interior, Nancy Faeser, notificó a la Comisión Europea la introducción de controles temporales en las fronteras terrestres con Polonia, República Checa y Suiza y la prolongación de esta misma medida que ya se aplicaba con Austria desde 2015, con el fin de reforzar la lucha contra el tráfico de migrantes y limitar la migración irregular.
La notificación de los controles en las fronteras terrestres con Polonia, República Checa y Suiza entraron en vigor el mismo lunes por un periodo de diez días prorrogable por hasta dos meses, mientras que en la de Austria se prolongará durante otros seis meses a partir del 12 de noviembre.