Las encuestas de la agencia demoscópica Alpha Research muestran que el candidato más votado para la alcaldía de Sofía ha sido Vasil Terziev, de la coalición Continuamos el Cambio-Bulgaria Democrática (PP-BD), que dirige el Gobierno, con un 37% de los votos.
Al no alcanzar la mitad de las papeletas, Terziev se tendrá que enfrentar en segunda vuelta el 5 de noviembre con la sindicalista Vanya Grigorova, candidata del Partido Socialista Búlgaro, con el 20 % de los votos, uno o dos puntos por encima de Anton Hekimyan, candidato del GERB.
El GERB pierde así por primera vez en casi dos décadas la alcaldía de la capital que dirigía desde 2005, año en el que el populista Borisov, ya alcalde, fundó este partido de corte conservador.
Otras grandes ciudades búlgaras, entre ellas Plovdiv y Varna, vivirán el domingo próximo duelos entre el PP-BD y el GERB, dos partidos rivales pero actualmente aliados para sostener el Ejecutivo nacional.
Según varias agencias demoscópicas, la participación electoral en Sofía fue de un 37,5%, mientras que la única cifra oficial, anunciada por la Comisión Electoral Central, indica que cuatro horas antes del cierre de los colegios electorales un 34 % de los ciudadanos habían ejercido su derecho a voto.
Varios expertos explican la baja participación con la decisión de la Comisión Electoral Central, tomada horas antes de la jornada electoral, de vetar el uso de las máquinas electrónicas de votación, dejando solamente la papeleta tradicional.
La Comisión reaccionó así a una polémica desatada por un informe del servicio contraespionaje DANS denunciando que un viceministro había grabado con el móvil la generación del código de las máquinas, lo que socavó la confianza en el proceso y aconsejo volver al uso de la papeleta marcada a mano.