“El veredicto de hoy del Tribunal Supremo sobre la derogación del artículo 370 (de la Constitución) es histórico y mantiene constitucionalmente la decisión tomada por el Parlamento de la India el 5 de agosto de 2019, es una declaración de esperanza, progreso y unidad”, dijo el primer ministro indio, Narendra Modi, en la red social X (antes Twitter).
El Parlamento indio abolió por sorpresa, y a instancias del Gobierno, el artículo 370 de la Constitución que establecía el estatuto de semiautonomía con el que históricamente contaba el antiguo estado de Jammu y Cachemira.
Según este apartado de la Constitución india, la región poseía libertad para elaborar leyes y contaba con su propia carta magna, entre otras disposiciones.
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Posteriormente, el Ejecutivo dividió el único estado de mayoría musulmana del gigante asiático en dos territorios gobernados directamente por Nueva Delhi.
El Gobierno del partido nacionalista hindú Bharatiya Janata Party (BJP) ha defendido que la eliminación de este estatuto era necesaria para impulsar el desarrollo de la región, una de las más militarizadas del mundo y disputada por la India y Pakistán desde su independencia del Imperio británico.
El ministro del Interior, Amit Shah, reiteró esta posición al celebrar la decisión unánime del máximo órgano judicial del país asiático, que también ordenó celebrar elecciones en la región antes de octubre de 2024.
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"Los derechos de los pobres y los desamparados han sido restaurados, y el separatismo y el lanzamiento de piedras son cosas del pasado", dijo Shah en X.
La validación hoy del Supremo suscitó decepción entre políticos cachemires, que habían argumentado que el proceso violó la Constitución india y no tuvo en cuenta el deseo de los habitantes del valle.
“Decepcionado pero no desanimado. La lucha continuará. Al BJP le llevó décadas llegar hasta aquí. También estamos preparados para el largo plazo”, dijo en X el antiguo jefe del Gobierno cachemir Omar Abdullah.
Esta mañana, antes del veredicto del Supremo, Abdullah denunció haber sido puesto bajo arresto domiciliario en medio de fuertes medidas de seguridad en el valle, destinadas a silenciar cualquier amago de protesta entre los cachemires.
La exjefa de Gobierno de la Cachemira india y líder opositora Mehbooba Mufti también recurrió a las redes sociales para afirmar que los habitantes de la disputada región “no van a perder la esperanza o darse por vencidos, nuestra lucha por el honor y la dignidad continuará a pesar de todo”.
Ambos exdirigentes se cuentan entre los miles de políticos, activistas y ciudadanos de a pie que fueron detenidos en agosto de 2019 para evitar protestas contra la India y la abolición del artículo constitucional, y que fueron liberados gradualmente meses después, en un contexto de restricciones inéditas en el valle.
Los críticos al Gobierno argumentan que la violencia continúa en la Cachemira india a pesar de las declaraciones oficiales, debido a una rebelión armada separatista que pide la independencia de Cachemira o su adhesión a Pakistán y ha provocado la muerte de miles de personas, en su mayoría civiles.