López forma parte de 'Herstóricas', un grupo de historiadoras unidas en 2015 por "una necesidad personal" de verse "representadas en la historia, en los espacios públicos o en los libros de texto" y que organiza paseos por Madrid y por Granada (sur de España) para dar a conocer las historias de calles, plazas o edificios que, según subraya, están "llenos de simbología" y en los que la historia también "está muy sesgada".
"Pretendemos cambiar los constructos sociales, aportar nuestro grano de arena para que haya un cambio en el imaginario colectivo y se comprenda la historia de las mujeres y no solo de ellas, sino de todos", cuenta a EFE López, quien aclara que las que forman 'Herstóricas' no son guías turísticas sino historiadoras: "la idea es reapropiarnos el espacio para reflexionar juntas y juntos".
Martins forma parte, con su compañera Yolanda Riquelme, de 'La Liminal', otro grupo de historiadoras, en este caso del arte, y también hacen recorridos por la capital española, algunos sobre mujeres y otros sobre otros temas, pero "siempre" con "perspectiva de género".
"Cuando paseamos por la calle, sobre todo por lo más cotidiano tendemos a pensar que esos espacios son neutros, pero todo está cargado de claves para leer el paisaje, cuestiones sociales, culturales", comenta a EFE Martins, quien comparte que en muchas ocasiones las personas que van a sus recorridos y "conocen bien las zonas" por las que transitan, se "sorprenden" de las historias que hay escondidas.
La "invisibilizada" historia de las mujeres
Las historiadoras de Herstóricas, que también trabajan en proyectos de investigación con instituciones o sensibilización en centros educativos, ofrecen paseos para revertir la "invisibilización" de la historia de las mujeres.
Entre las rutas que realizan está la de las 'sinsombrero' (las literatas y artistas de la 'Generación del 27' española), pero también de otras mujeres menos reconocidas como las que resistieron a la dictadura franquista y se organizaron para ayudarse y sobrevivir a la represión que sufrían por ser esposas de presos o disidentes sexuales.
"Si la gente no conoce la historia, si se hace solo desde un pensamiento único de hombre blanco, cis, hetero, sin discapacidades, se nos manda un mensaje de que los que salimos de ese círculo no podemos ser nada", critica.
En esa línea, insiste que las niñas que estudian esa "única" historia va a encontrar menos inspiración y motivación: "es una perdida social, cuántas soluciones y formas de habitar el mundo se podrían tener si nos sintiéramos menos solas".
"La historia es la que te cuentan, es muy diversa, tiene muchísimos puntos de vista y siempre te cuentan uno, con el espacio público pasa lo mismo, está lleno de simbología, nombre, calles, edificios, paradas de metros, placas conmemorativas, esculturas... que ocupan nombres masculinos, están contando una historia muy sesgada", incide.
Un momento social "complejo" en la memoria histórica
Martins cree que España atraviesa un "momento social complejo" entorno a la conocida como memoria histórica o democrática (criticada por la derecha y la ultraderecha), aunque "depende de donde se ponga el ojo": "puede parecer que nos hemos atascado porque hay este deseo de ocultación de determinada parte de nuestra historia o que si surge esta reacción es porque ha habido avances en ese sentido".
Al margen de ello, señala que "algo que han aprendido" es "a observar una mayor diversidad de violencias o narrativas que tiene que ver con este periodo" de la dictadura.
"Nosotras estamos haciendo este proyecto con movimientos vecinales, cuando pensamos en represión, pensamos en cárceles, pero no en otros espacios que también han sido reprimidos como los barrios más pobres de las ciudades", analiza.