Ucrania conmemora 80 años de la deportación de los tártaros de Crimea por orden de Moscú

Rostyslav AverchukLeópolis (Ucrania), 18 may (EFE).- Los tártaros de Crimea conmemoran en Ucrania el 80º aniversario de su deportación del territorio por órdenes de Moscú a la vez que denuncian la persecución en la península ocupada y esperan que su liberación por parte de Ucrania ayude a preservar la identidad de la minoría.

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Decenas de miembros de esta minoría musulmana y otros ucranianos se reunieron en un acto conmemorativo en Leópolis para recordar lo ocurrido entre el 18 y 20 de mayo de 1944.

En el acto celebrado en el Museo del Terror, dedicado a las represiones soviéticas, eran bien visibles paralelos entre el trato que Rusia ha dado a los ucranianos y a los tártaros.

Hace 80 años unos 190.000 tártaros de Crimea, en su mayoría niños, mujeres y ancianos, fueron deportados a Asia Central en trenes de mercancías por orden personal del dictador soviético Iósif Stalin.

Con solo 15 minutos para hacer las maletas, entre el 20 % y el 46 % murieron durante el viaje o en los años siguientes. A los supervivientes se les prohibió regresar a sus hogares y perdieron la posibilidad de usar su idioma.

Para eliminar su rastro en Crimea, incluso los topónimos tártaros fueron reemplazados por los rusos, dijo a la audiencia el co-organizador Amet Bekir, que apenas podía contener las lágrimas mientras sonaban varias canciones tártaras.

Bekir fue uno de los cientos de miles que regresaron a su tierra natal después de que Ucrania se independizó. El resurgimiento de su cultura se vio truncado por la anexión ilegal de Crimea en 2014.

Al igual que miles de tártaros de Crimea que temían la muerte o la detención por su oposición a la ocupación rusa, Bekir tuvo que huir.

Persecución por parte de Rusia

La persecución sólo se intensificó después de que Rusia lanzara su invasión a gran escala de Ucrania.

“En Crimea, no pueden reunirse y conmemorar la deportación. Pero todavía están intentando preservar su memoria en los círculos familiares”, dijo a EFE Lerane Jaibulaeva, una tártara de Crimea.

La conmemoración de lo que Ucrania y tres países más ven como un genocidio es una manifestación de apoyo a cientos de miles de tártaros de Crimea que siguen leales a Ucrania bajo la ocupación rusa, afirmó el sábado Refat Chubarov, líder del Medjlis, el organismo representativo de la minoría.

Según Tamila Tasheva, representante del presidente ucraniano en Crimea, Rusia continúa con las tradiciones soviéticas totalitarias y está llevando a cabo una “deportación híbrida” de tártaros de Crimea.

"Los tártaros de Crimea tienen que volver a huir de la persecución y de la movilización forzosa al ejército enemigo", dijo.

Un trato así puede convertirse en una catástrofe para la pequeña nación, señaló Jaibulaieva.

Según organizaciones ucranianas de derechos humanos, las autoridades rusas en Crimea realizan registros masivos en los hogares de los tártaros de Crimea, los detienen y fabrican acusaciones.

Este trato tiene como objetivo intimidar a las familias de los activistas y romper cualquier espíritu de resistencia, dijo a Efe Olga Skripnik, del Grupo de Derechos Humanos de Crimea.

La resistencia continúa

A pesar de las dificultades, los tártaros de Crimea han logrado preservar su identidad, cultura y tradiciones, afirmó Tasheva.

Múltiples iniciativas en territorios controlados por Ucrania tienen como objetivo fomentar el conocimiento de su lengua e identidad.

Su reputación entre los ucranianos se ha cimentado por su resistencia al dominio ruso de Crimea. Los representantes de la minoría, como el Ministro de Defensa Rustem Umerov, ocupan puestos destacados en el gobierno ucraniano.

Sin embargo, su futuro sólo puede asegurarse con el regreso a una Crimea libre y ucraniana, según afirman a EFE muchos tártaros.

Para lograrlo, cientos de ellos han estado luchando en diversas unidades del ejército ucraniano.

“Los ucranianos comparten el dolor de los tártaros de Crimea. El mal impune de la deportación ha dado lugar a nuevos crímenes por parte de Rusia”, afirmó en el acto en Leópolis Miroslav Marinovich, filósofo ucraniano que pasó 10 años en campos de concentración soviéticos.

“Dejar Crimea en manos de Rusia sería cometer una enorme injusticia contra los tártaros de Crimea y sólo alentaría nuevas agresiones”, subrayó.

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