Jarocho sale a hombros por tres tandas de naturales, ante exigentes "fuenteymbros"

Paco AguadoMadrid, 21 may (EFE).- El novillero burgalés Roberto Martín "Jarocho" salió hoy a hombros por la Puerta Grande de Las Ventas tras cortarle las dos orejas al sexto ejemplar de un serio y exigente encierro de Fuente Ymbro, del que sus compañeros, con un esfuerzo de desiguales resultados, también obtuvieron sendos trofeos.

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Tras un tenso desarrollo, con los tres espadas intentando someter, lo que no siempre sucedió, la seca y dura casta de los utreros, llegó, en los últimos cinco minutos, el momento más hondo del festejo, cuando Jarocho acertó por fin a llevar sometida y templada la embestida de un castaño que no se lo puso fácil pero al que, así, acabó toreando con gran belleza.

Ese instante de grandeza se compuso de tres tandas de naturales vibrantes, una de ellas más ligada que las otras, con el novel castellano citando frontal y con el compás cerrado, para correrle la mano con suavidad y hondura, redondeando mucho la trayectoria y generando los olés más sentidos de lo que va de feria.

Y como, además, el toro cayó pronto tras una estocada no muy ortodoxa de colocación, la petición de las orejas tuvo la suficiente fuerza como para que desde el palco asomaran los dos pañuelos que lanzan, en el camino a hombros a la calle de Alcalá la carrera del novillero de Huerta del Rey.

Hasta entonces, esa misma faena no había pasado de ser un muleteo hábil y un tanto liviano de Jarocho que no ayudó a que el novillo, al que había recibido con dos largas cambiadas de rodillas, sacara su auténtico fondo, más o menos como se había mostrado también con su primero, un brusco sobrero de la poco conocida divisa de Villanueva con el que no acabó de asentarse entre las molestias del viento.

Aun así, ya con ese tercero se pidió, sin éxito, para el burgalés un trofeo que la presidencia sí que concedió del cuarto a Alejandro Peñaranda, como recompensa, básicamente, a su voluntad por imponerse en un trasteo de altibajos ante un serio jabonero que se fue creciendo, a falta de mayor gobierno, hasta propinarle una seca y dura voltereta.

Pero fue a raíz del percance, sin mayores consecuencias, cuando el novillero albaceteño se afianzó más en la arena y pasó a someter más y mejor unas embestidas que, por eso mismo, se revelaron menos complejas de lo que habían parecido hasta entonces, y especialmente las del pitón izquierdo.

Antes, Peñaranda había tardado un tanto en cogerle el aire al que abrió plaza, en un trabajo de similar planteamiento, pues fue en el último tramo de la faena cuando por fin el mando y temple le sirvieron para corregir la tendencia a defenderse y a puntear los engaños que tuvo el animal.

También Ismael Martín tuvo premio con el segundo de su lote, un utrero de notable trapío y que no fue suficientemente castigado en varas. Así que, después de banderillearlo con más ajuste que al anterior, el salmantino se vio un tanto desbordado en una primera parte de faena que abrió con las dos rodillas en tierra, pero en la que terminó por imponerse.

Si con el duro segundo de la tarde, que casi siempre llevó la iniciativa, pasó más apuros de la cuenta, con este otro Martín acabó poniendo toda la carne en el asador a pesar de que el comportamiento del novillo fue a peor, en un auténtico esfuerzo, con muletazos y adornos muy apurados, que impresionaron al público y motivaron la concesión de la oreja.

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FICHA DEL FESTEJO:

Cinco novillos de Fuente Ymbro y uno de Villanueva (3º, sustituto de un titular devuelto por falta de fuerzas, bien presentado y de brusca embestida), de muy seria presencia, por cabezas y hechuras, aun a pesar de su desigual cuajo. Sin entrega en varas, se crecieron y sacaron una exigente y seca casta en el último tercio.

Alejandro Peñaranda, de tórtola y oro: pinchazo y estocada (silencio tras aviso); estocada deprendida delantera (oreja tras aviso).

Ismael Martín, de grana y oro: estocada caída (silencio); estocada delantera desprendida (oreja).

Jarocho, de nazareno y oro: estocada honda tendida (vuelta al ruedo tras aviso y leve petición de oreja); estocada atravesada (dos orejas tras aviso). Salió a hombros por la Puerta Grande.

Entre las cuadrillas, Jarocho padre saludó tras banderillear al sexto.

Décimo festejo de abono de la feria de San Isidro, con algo menos de tres cuartos de aforo cubiertos (unos 18.000 espectadores), en tarde fresca y nublada, con algunas rachas de viento.

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