Una operación prorrusa busca manipular a verificadores internacionales con alertas falsas

Raquel Godos, Ares Biescas y Sergio HernándezMadrid/Bogotá, 22 may (EFE).- Una operación prorrusa dirigida contra medios verificadores de todo el mundo, entre los que se encuentra EFE Verifica, intenta desde hace meses manipular la actividad de los equipos especializados en la lucha contra la desinformación con falsos avisos sobre engaños en redes y peticiones de investigación.

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Centenares de medios de comunicación, entre los que también se encuentran grandes corporaciones como la BBC británica o la CNN estadounidense, han sido objeto de esta campaña especialmente dirigida a los verificadores.

La operación ha supuesto la creación de numerosas cuentas de X y correo electrónico utilizadas para preguntar sobre la veracidad de diferentes contenidos.

Esas publicaciones son, efectivamente, falsas, pero tienen una circulación limitada y no se encuentran fuera de los canales a los que remiten estos mensajes.

No se trata, por tanto, de contenidos virales, sino que son los propios mensajes enviados a los medios los que les dan relevancia, sin que los verificadores puedan determinar si su origen es real.

En concreto, el servicio de verificación de EFE ha recibido regularmente en su correo electrónico medio centenar de solicitudes para investigar mensajes de texto, fotografías y vídeos, escritas en inglés y de direcciones identificadas con nombres anglosajones, desde finales de diciembre de 2023.

La batería de preguntas por correo coincide en fórmula y contenido con las que ha recibido en su cuenta oficial de X (@EFEVerifica) o con otras enviadas al perfil del conjunto de la Agencia EFE (@EFEnoticias), unas interpelaciones que comenzaron en octubre.

Entorpecer y analizar el trabajo de los verificadores

Además de las investigaciones propias iniciadas por los verificadores afectados, diferentes grupos de analistas examinan las características de estas actuaciones.

Dichos expertos coinciden en apuntar que entre las motivaciones de los responsables de esta campaña parece encontrarse la voluntad de desviar la atención de los medios consultados y hacerles malgastar su tiempo y sus recursos en investigaciones irrelevantes.

Así lo señala el colectivo activista Antibot4Navalny, que atribuye la estrategia a actores prorrusos y la denomina "Operación Matrioska", en referencia a las tradicionales muñecas rusas que en su interior guardan otras de menor tamaño.

La campaña también es objeto de estudio de la empresa finlandesa de investigación digital Check First, que analiza sus características bajo el nombre de "Operación Overload", el cual se podría traducir en español como "sobrecarga".

Check First cuenta para este trabajo con el apoyo de la organización sin ánimo de lucro internacional Reset.Tech.

Al cruzar los casos sospechosos con la base de datos de Antibot4Navalny, que ha recopilado al menos 550 publicaciones en X de este tipo, se confirma que las mismas cuentas interpelaron a otros medios de comunicación, instituciones y figuras públicas, como ha podido comprobar EFE Verifica.

Según Antibot4Navalny, que opera desde Rusia y por ello pide el anonimato de sus miembros, la campaña también busca analizar la reacción de los verificadores ante las solicitudes para desmontar falsedades.

"Verifica la noticia, por favor"

"Hi. Check the news, please" ("Hola, comprueba la noticia, por favor") o "Hello. Can you tell me, is it true that..." ("Hola. Pueden decirme, si es cierto que...") son algunas de las fórmulas habituales con las que empiezan los mensajes recibidos, que adjuntan enlaces a canales de Telegram rusos de propaganda favorable al Kremlin.

En ellos se pide comprobar publicaciones sobre Ucrania, la OTAN, el gasto militar de Estados Unidos o los Juegos Olímpicos de París.

En una de estas peticiones, un remitente identificado como "Maximilian Fleming" inicia su correo diciendo que "cada día surgen muchas noticias y escándalos en torno a los Juegos Olímpicos de París".

En ese sentido, pide que se compruebe una supuesta publicación que le habría indignado en la que se informa de que un exministro de Economía francés habría comparado la competición olímpica con un "campamento de gitanos", que llega y se va de una ciudad y deja atrás "pérdidas económicas, suciedad, enfermedades y ratas".

No hay rastro de declaraciones así, pero tampoco de que esa afirmación falsa haya tenido transcendencia.

Otro ejemplo, en este caso de una publicación de X, pide a la cuenta de EFE Verifica que compruebe un titular sobre si las sanciones contra Rusia provocaron una epidemia de chinches en Francia.

Tácticas habituales en la desinformación

En algunos casos, las publicaciones se hacen pasar como propias de medios de comunicación de referencia, usurpando su imagen e identidad, como ha ocurrido con el diario británico The Telegraph, la televisión alemana Deutsche Welle (DW) o la agencia estadounidense de Bloomberg.

También se imita a servicios secretos, como la CIA estadounidense o el Mi6 británico.

La suplantanción de medios de prestigio y la importancia de Francia en esta campaña coinciden con los métodos utilizados por otras operaciones de injerencia detectadas por los servicios de comunicación estratégica de la Comisión Europea y la agencia estatal francesa Viginum, especializada en la investigación en internet.

A principios de mayo, la Comisión dio a conocer una "operación de falsa fachada" que utiliza una veintena de webs para hacerse pasar por medios occidentales que difunden mensajes prorrusos que buscan socavar el apoyo a Ucrania.

Viginum, por su parte, ha detectado al menos 193 webs que transmiten contenido favorable al Kremlin.

En el contexto de esa operación, el Gobierno francés ha denunciado que "Rusia moviliza gigantescos recursos humanos, financieros y técnicos" contra la República presidida por Emmanuel Macron, aunque añade que los resultados de estas operaciones siguen siendo "muy limitados".

Existe también una Operación Doppelgänger (por el término alemán que designa al doble de una persona) que desde hace dos años promueve desinformación con la clonación de numerosas webs de medios como The Guardian, Bild o la versión francesa de 20minutos.

Además de Francia, estas operaciones afectan a otros países, como Alemania, Polonia, Italia o España.

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