Haití espera impaciente la llegada de la fuerza multinacional para "restaurar la paz"

Milo MilfortPuerto Príncipe, 26 may (EFE).- Cansados de vivir con miedo, los haitianos esperan con impaciencia la llegada al país de la fuerza multinacional de apoyo a la seguridad, liderada por policías de Kenia y destinada a restablecer un clima de paz que ponga fin al reino de terror de las poderosas bandas armadas en casi la totalidad de Puerto Príncipe y otros puntos.

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Ronald Cénat, de 39 años, es conductor de motocicletas y espera que esa misión multinacional ayude a "restablecer" la paz y el orden en el país, sumergido en una espiral de violencia.

"En Haití ya no se respeta a nuestros policías. Queremos que la fuerza llegue para ayudarnos a restablecer la seguridad y la paz", declaró a EFE, añadiendo que la fuerza vendrá sin duda a ayudar, pero criticó que los políticos haitianos se muestran incapaces de dirigir el país.

Y agregó: "Buscamos una solución a la situación del país para que reine el orden. La situación no deja de deteriorarse. La gente no puede vivir cómodamente. El problema de la inseguridad y la miseria hace estragos. Por eso pedimos a la fuerza que intervenga".

De su lado, Roseline Sanon, de 50 años, sostuvo que no hubiera querido la intervención de una fuerza extranjera, al considerar que Haití es un país libre e independiente.

"Pero es por culpa de nuestros políticos y nuestros dirigentes por lo que nos vemos obligados a aceptar la intervención de una fuerza", se lamentó, señalando que el país ya ha visto la intervención de varias fuerzas extranjeras con poco éxito.

"Estamos esperando la próxima. No sabemos lo que traerá", añadió a la vez que recordó que Haití tiene una fuerza armada y policial.

"La razón es que no debemos aceptar que una fuerza intervenga en nuestro país. Pero como tenemos problemas de inseguridad, estamos atrapados en un círculo vicioso: no podemos movernos, y si la fuerza interviene esperaría que restableciera la paz y la seguridad", reflexionó.

Sanon también dijo oponerse a que la fuerza multinacional de seguridad "llegara y destruyera".

"Lo que esperamos de la fuerza extranjera es que venga a restaurar la paz. Necesitamos paz y seguridad", insistió.

A su juicio, el retraso en la llegada de la fuerza se debe a los políticos: "Ellos son la razón del retraso. Son los políticos y los dirigentes los que nos están poniendo en esta situación", dijo.

La fuerza multinacional de seguridad que enfrentará a las bandas en Haití llegará en unas tres semanas al país, de acuerdo con declaraciones emitidas el viernes por el presidente keniano, Willian Ruto, una vez se logren los objetivos logísticos.

A principios de mayo, el ministro de Asuntos Exteriores de Bahamas, Fred Mitchell, cuyo país enviará también efectivos a Haití, anunció que el despliegue de la misión multinacional para restaurar la seguridad comenzaría este mismo domingo.

Las autoridades condenan triple asesinato

De otra parte, el Consejo Presidencial de Transición condenó los repetidos actos de los bandidos armados contra la población en varias regiones del país, especialmente en el área metropolitana de la capital.

El Consejo expresó su "total condena" tras el asesinato de tres misioneros, un haitiano y un matrimonio estadounidenses, cometido el pasado jueves en Lizon, en la comuna de Croix-des-Bouquets, al norte de Puerto Príncipe.

Los esposos Devy y Nathalie Lloyd y Jude Montis fueron abatidos por una de las bandas armadas haitianas. Nathalie Lloyd era hija del congresista estadounidense Ben Baker.

Las autoridades haitianas expresaron sus condolencias a las familias de las víctimas y al Gobierno y pueblo de Estados Unidos.

"Poco después de la perpetración de este repugnante, cobarde y villano triple crimen, la Policía Nacional de Haití recibió instrucciones de iniciar una investigación con el fin de identificar a los criminales, detenerlos y llevarlos ante la Justicia para que sean castigados conforme a la ley", decía la nota oficial.

Solo el año pasado la violencia causó 8.000 víctimas en Haití, donde las bandas controlan gran parte de Puerto Príncipe y otras zonas del país.

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