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"Durante un mes sostuvimos reuniones y debatimos. Nos reunimos con representantes de diversas esferas, partidos políticos y movimientos sociales. La absoluta mayoría de las personas con las que conversamos apoyó la idea de que que Bagrat Galstanián debe ser primer ministro", afirmó Gurguén Melikián, uno de los líderes del movimiento, en un mitin celebrado en la capital armenia.
El dirigente opositor señaló que esta decisión resultará "difícil" para el arzobispo, porque cambiará el rumbo de su vida, pero eso es parte de su vocación.
"Es una parte importantísima del servicio espiritual que puede llevar a cabo un hombre que sirve a su país, su tierra, su pueblo", añadió.
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Galstanián señaló que "nunca se había planteado ese cargo", pero señaló que había pedido una licencia al Patriarca Supremo y Catolicós de todos los Armenios, Karekin II, para poder aspirar a la jefatura del Gobierno.
"Este movimiento comenzó en nuestra zona fronteriza contra la mentira y en nombre de la verdad, avanzó con la bendición de nuestro Señor", dijo.
El movimiento opositor se opuso a la entrega a Azerbaiyán de varias aldeas en el norte de Armenia como parte de la demarcación fronteriza acordada entre ambos países después de que Azerbaiyán tomara control del enclave separatista de Nagorno Karabaj en 2023, desencadenando un éxodo masivo de armenios.
Azerbaiyán asumió el pasado 24 de mayo el control de las cuatro aldeas disputadas en Tavush, controladas por Armenia desde principios de la década de los noventa.
Los términos de la delimitación de la frontera con Azerbaiyán dieron lugar a una serie de protestas y actos de desobediencia civil en Armenia, donde la oposición acusa a Pashinián de ceder constantemente ante las demandas de Bakú.