Blinken se reunirá con el presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, clave mediador entre Israel y Hamás, antes de continuar viaje este mismo lunes a Israel, y luego a Jordania y Catar.
Su nueva gira tiene como objetivo presionar a las partes a aceptar la propuesta para un cese al fuego anunciada a finales de mayo por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, una misión ensombrecida por la crisis política en Israel y la creciente condena en el mundo árabe ante la muerte de civiles palestinos y el deterioro de la situación humanitaria en Gaza.
Esa propuesta incluye un cese al fuego, intercambio de rehenes israelíes por prisioneros palestinos, una retirada gradual de las tropas israelíes de Gaza y la puesta en marcha de un plan de reconstrucción del enclave palestino.
El grupo islamista Hamás no ha dado su respuesta oficial al plan de Biden, si bien ha insistido reiteradamente en que sólo aceptará un acuerdo que garantice un alto el fuego permanente y una retirada total de las tropas israelíes del enclave palestino.
Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, cuya oficina confirma que ha autorizado a sus negociadores a presentar un borrador de tregua a Hamás para liberar a los rehenes israelíes, dejó claro en varias ocasiones que la guerra no terminará hasta que Israel no logre sus objetivos militares, en particular la eliminación de Hamás.
La visita de Blinken se produce en momentos de tensión política en Israel, por un lado, y la condena en el mundo árabe de la muerte de cientos de civiles palestinos en el reciente rescate por Israel de cuatro rehenes en Nuseirat, en el centro de Gaza.
El ministro centrista del Gabinete de Guerra israelí Benny Gantz, anunció el domingo su dimisión por desavenencias con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, sobre la gestión de la guerra en Gaza.
La dimisión de Gantz fue seguida por la del ministro sin cartera y miembro observador del Gabinete de Guerra, Gadi Eisenkot, además de otro miembro del mismo partido, Unidad Nacional, Chili Tropper.
La muerte de más de 270 palestinos, en su mayoría niños, mujeres y ancianos, según el Gobierno de Hamás, en la misión de rescate del sábado pasado de cuatro rehenes en el campo de refugiados de Nuseirat ha sido condenado ampliamente por los países árabes, incluidos los mediadores.