Air New Zealand también informó que se retira de la Iniciativa de Objetivos Científicos (SBTi, siglas en inglés), que une a diversas empresas e instituciones financieras de todo el mundo que busca limitar el calentamiento global a 1,5 grados por encima de los niveles preindustriales, según un comunicado publicado hoy.
La empresa argumentó que muchas de las "palancas" para reducir la intensidad de emisiones- una medida que se refiere a los gases emitidos por una organización por unidad de bienes y servicios producidos de la misma- "escapan al control directo de la aerolínea y siguen siendo un reto".
Su decisión la achaca a la falta de disponibilidad de nuevos aviones, un problema que retrasa su renovación de su flota, así como la asequibilidad y disponibilidad de combustibles alternativos para reactores y el apoyo normativo y político nacional e internacional, apuntó la empresa en un comunicado.
La aerolínea neozelandesa se comprometió en 2022 reducir las emisiones absolutas de carbono en un 16,3 % para 2030, a partir de una base de referencia de 2019, lo que equivaldría a una reducción de la intensidad de carbono del 28,9 %, mediante la adopción de tecnología de emisiones neutras y combustibles alternativos.
Ante los retos actuales que afronta Air New Zealand, en un contexto de problemas globales en la fabricación de aviones y en la cadena de suministros, la aerolínea remarcó en su comunicado de hoy que está sopesando fijarse un nuevo objetivo de reducción de las emisiones de carbono a corto plazo.
Asimismo, la presidenta de Air New Zealand, Therese Walsh, aseguró que la aerolínea intenta abandonar el uso de combustibles fósiles y "mantiene su compromiso de alcanzar su objetivo de cero emisiones netas de carbono para 2050", de acuerdo al texto.