La medida está pensada para abordar lo más rápido posible la amenaza de nuevos ataques contra templos musulmanes, que empezaron como respuesta al asesinato con arma blanca de tres niñas en un centro de ocio en Southport, en el noroeste inglés, el 29 de julio.
En la violencia de este fin de semana, más de 170 personas fueron arrestadas después de que los agentes fueran atacados con piedras, botellas, latas de cerveza, cubos de basura o sillas.
En la localidad de Rotherham, en el norte de Inglaterra, un grupo de manifestantes, algunos enmascarados y envueltos con la bandera de Inglaterra, atacaron hoy un hotel que alberga a solicitantes de asilo y también a los agentes que trataban de controlar el desorden.
La planta baja del hotel fue incendiada cuando algunos alborotadores consiguieron romper el cordón policial y accedieron al edificio mientras que un helicóptero de la policía sobrevolaba el lugar.
En tanto, algunos manifestantes en Middlesbrough, en el noreste de Inglaterra, destrozaron ventanas de casas y coches y arrojaron otros objetos al tiempo que se escuchaban insultos racistas.
Estos incidentes siguieron a escenas similares de disturbios vistas este fin de semana en ciudades británicas como Southport, Belfast, Hartlepool, Hull, Liverpool, Stoke-on-Trent, Nottingham, Sunderland, todas como reacción al ataque de Southport.
El agresor de las niñas de Southport, Axel Rudakubana, de 17 años, nacido en Gales de padres ruandeses, ha sido acusado del asesinato de las pequeñas e intento de asesinato de otras diez personas.
Los grupos de ultraderecha respondieron a información falsa divulgada a través de las redes sociales que afirmaba que Rudakubana era solicitante de asilo que había cruzado en patera el Canal de la Mancha -entre Inglaterra y Francia-.