El regidor socialista llegó al Vaticano acompañado por su tercer teniente de alcalde, Albert Batlle, y por la embajadora española ante la Santa Sede, Isabel Celaá.
El pontífice recibió a Collboni en el Palacio Apostólico de pie y apoyado con un bastón por sus conocidos problemas de movilidad: "Le traigo recuerdos y saludos de la ciudad de Barcelona", empezó el visitante, a lo que el papa respondió: "un gusto".
El encuentro privado duró unos 30 minutos, según un comunicado del consistorio de la Ciudad Condal, y durante el mismo el alcalde le trasladó el "profundo respeto" y el agradecimiento de la ciudad de Barcelona por su liderazgo a nivel mundial.
Especialmente, se lee en la nota, "en un momento de polarización política y donde la carrera armamentística supone un riesgo para la paz en Europa y Oriente Medio".
Collboni también ha mostrado un especial reconocimiento a la labor social que la Iglesia lleva a cabo con las personas vulnerables de la ciudad.
"En Barcelona, una ciudad diversa, abierta y plural, estos esfuerzos son valorados y reflejan nuestro compromiso por construir una sociedad que viva en paz y armonía", subrayó el alcalde.
Entre el resto de temas abordados por el pontífice argentino y Collboni constan "la importancia de promover el desarme y la paz en el mundo, la diversidad religiosa y cultural como fuente de riqueza, la importancia de defender la justicia social y los derechos humanos, o bien la necesidad de luchar contra el cambio climático".
Sobre todo esto, el regidor garantizó al papa la voluntad de Barcelona "de actuar en la defensa de estos valores comunes y necesarios a nivel mundial".
Además, han tratado la conmemoración del milenario de la fundación del Monasterio de Montserrat y la culminación de la Torre de Jesús en la Sagrada Familia.
Por último, la delegación municipal ha entregado al papa tres obsequios: el libro 'Una biografía de Barcelona' de Miquel Tarradell, una edición encargada por Pasqual Maragall, una reproducción de la Sagrada Familia y un sobre con jamón ibérico de Guijuelo de los Mercados Municipales de la ciudad.
El papa por su parte le entregó un relieve que destaca la necesidad de "crear comunidad", según explicó él mismo, y algunos de los documentos escritos en su pontificado, entre estos una "obra dedicada a la misericordia, la acogida y la fraternidad".
Collboni se despidió de Francisco agradeciéndole por su "tiempo y por la conversación", a lo que le respondió: "Recen por mi, pero a favor, no en contra", suscitando las risas de la delegación.