Otros 71 dispositivos se perdieron in situ sin causar daños, de acuerdo con la Fuerza Aérea.
Para el ataque, Rusia empleó drones kamikaze y drones réplica de diversos tipos, que despegaron desde las regiones rusas de Kursk, Orel, Milérovo, Briansk y Shatálovo.
Estos fueron repelidos por la aviación ucraniana, así como con misiles antiaéreos, a través de métodos de guerra eléctrónica y por los grupos móviles de la Fuerza Aérea y las Fuerzas de Defensa.
Gracias a su acción, los mencionados 67 drones fueron derribados sobre las regiones de Kiev, Járkov, Poltava, Sumi, Cherkasi, Cherníguiv, Kirovohrad, Vínitsia, Yitómir, Jmelnitski, Zaporiyia, Dnipropetrovsk, Donetsk y Odesa, en todos los puntos cardinales del país.
Los drones enemigos causaron daños en la región capitalina de Kiev, en Sumi (norte), Dnipropetrovsk y Poltava (centro).
En concreto, en Kiev se incendiaron varias zonas vedes y una vivienda particular sufrió daños en la fachada y en las ventanas debido a los fragmentos de un dron derribado, según informó la administración militar.