'El puente de Waterloo', de Derain, recupera su vibrante luz y gana en profundidad

Madrid, 3 abr (EFE).- Recuperar la luz vibrante y luminosidad que originalmente mostraba 'El puente de Waterloo' (1906), de André Derain, ha sido un desafío para los restauradores del Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid tras una investigación científica con técnicas como la reflectografía infrarroja, fotografía con luz rasante o el análisis de los materiales.

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El Museo Thyssen-Bornemisza presentó este jueves el estudio técnico y la restauración de "El puente de Waterloo' (1906), realizados tras una campaña de micromecenazgo con la que se ha recaudado unos 24.000 euros, "cifra que no ha cubierto todos los costes de la restauración", señalaron fuentes de la institución.

El cuadro, que podrá verse en un montaje especial en la colección permanente del museo hasta el 23 de junio, presenta una vista del antiguo puente de Waterloo de Londres y pertenece a un grupo de obras inspiradas en los viajes del artista a la capital inglesa.

Fue un encargo de Ambroise Vollard, un marchante parisiense entusiasmado con la obra de Derain, explicó el director artístico del Thyseen, Guillermo Solana.

Vollard envió a al artista a Londres para que repitiera la experiencia llevada a cabo unos años antes por Claude Monet en su serie sobre el río Támesis, presentada en París en 1904.

Derain, arrebatado por la atmósfera londinense, pintó una treintena de vistas de las orillas del Támesis, en las que hizo una interpretación de los temas que había pintado Monet, "aunque muy lejos de él tanto en estilo como en espíritu", explicó Solana.

Un trabajo minucioso

La restauración que comprendió un complejo trabajo durante 15 meses, comenzando por un estudio de la técnica pictórica de Derain, un pintor que utilizaba pinceladas de colores casi puros junto a zonas donde se deja entrever el lienzo con una ausencia total de pintura.

"La esencia de esta obra es trasmitir la luz", explicó la directora de restauración del Thyssen, Susana Pérez, que detalló el minucioso trabajo llevado a cabo debido al "grueso de las pinceladas", dado que el artista francés combinó zonas de mayor volumen con el uso de un óleo ligero.

Tras el estudio técnico, la restauración incluyó el refuerzo del lienzo, la consolidación de la capa de pintura y la eliminación de la suciedad, la contaminación y el barniz envejecido.

Como resultado, la pintura ha recuperado la luz vibrante y los vivos colores que caracterizan "la obra fauvista de este gran pintor que es André Derain", recordó el director artístico del museo.

"Los fauvistas buscaban la luz a través de la intensificación de los colores", dijo Solana, quien incidió en que estos pintores pretendían exaltar emociones muy intensas.

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