El pedido oficial se produjo la noche del martes como parte de un proceso de reestructuración "colaborativo y transparente" con la Agencia Nacional de Aviación Civil de Brasil (Anac), órgano regulador que dispuso la suspensión de los servicios de la aerolínea.
Se trata de "una estrategia para reorganizar los compromisos financieros y fortalecer la estructura de capital" de la aerolínea, cuya inhabilitación, impuesta en marzo, está sujeta a la corrección de "irregularidades" detectadas en materia de seguridad en un operativo puesto en marcha por la agencia tras el mortal accidente que derivó en la muerte de 58 pasajeros y cuatro tripulantes.
Según el informe preliminar del accidente elaborado por las autoridades brasileñas, la aeronave voló en condiciones "severas" de acumulación de hielo en su fuselaje durante una hora antes de estrellarse en un condominio de viviendas en Vinhedo, un municipio en el estado de São Paulo, cuando le quedaban alrededor de 80 kilómetros para llegar a destino.
Tras ese hecho, la Anac dispuso una serie de medidas, entre ellas aumentar el tiempo de los aviones en tierra para su mantenimiento, cambiar a los administradores y aplicar un plan de acción para corregir los fallos.
Pero, luego de una nueva ronda de auditorías a finales de febrero de este año, constató el "incumplimiento sistemático de las exigencias" impuestas y "un deterioro de la eficacia del sistema de gestión de la empresa".
La empresa de aviación regional brasileña ya se adhirió a dos procesos de recuperación judicial entre 2012 y 2017 en los que, según el comunicado, la compañía logró "reestructurar sus operaciones y finanzas".
Voepass cuenta actualmente con seis aviones y opera en 15 localidades con vuelos comerciales, según la Anac.