El portavoz de la Guardia Costera, Liu Dejun, señaló en un comunicado que "a pesar de las advertencias chinas", seis ciudadanos filipinos abordaron este domingo el territorio.
Liu aseguró que el incidente fue "gestionado conforme a la ley" por los guardacostas chinos y aseveró que China tiene una "soberanía indiscutible" sobre las islas Spratly (conocidas en chino como islas Nansha) y sus aguas adyacentes.
"Las acciones filipinas infringen la soberanía territorial de China y socavan la paz y la estabilidad en el mar de China Meridional", apuntó Liu.
La Guardia Costera de China tomó y declaró su soberanía este mes sobre Cayo Sandy.
Miembros de ese cuerpo desembarcaron en Cayo Sandy (denominado en China Tiexian Jiao y Pagasa Cay 2 en Filipinas) en una fecha no especificada de abril y desplegaron una bandera nacional proclamando la jurisdicción china sobre ese territorio, según un reporte de la cadena estatal CCTV.
Las imágenes, así como fotografías publicadas por el diario oficialista Global Times, muestran a cuatro oficiales sosteniendo la enseña china en el banco de arena, que fue inspeccionado para "captar en video pruebas sobre actividades ilegales llevadas a cabo por Filipinas", de acuerdo al rotativo.
También limpiaron la zona, recogiendo botellas de plástico y otros desechos, agrega el medio.
Cayo Sandy se encuentra a pocos kilómetros de la isla Thitu, que alberga la mayor base militar con la que cuenta Filipinas en el Mar de China Meridional y es también el territorio más cercano a la segunda mayor isla artificial y base militar china en la zona.
Dichas aguas, claves para el comercio marítimo mundial y ricas en recursos naturales, han registrado numerosos choques entre embarcaciones chinas y filipinas en los últimos años.
Las autoridades chinas reclaman casi la totalidad del mar de China Meridional, incluidos los archipiélagos Paracel y Spratly, una reivindicación que se solapa con las áreas económicas exclusivas de 200 millas, tal como indica la legislación internacional, de países como Filipinas, Vietnam y Malasia.
Pekín alega razones históricas, pero en 2016 la Corte Permanente de Arbitraje dio la razón a Manila en su denuncia contra las reivindicaciones de las autoridades chinas, decisión que la potencia asiática se negó a acatar.