"Con la escasez de agua disponible, la deshidratación aumenta", subrayó la agencia, que denunció que, entre bombardeos, desplazamientos forzados y la falta de electricidad y combustible, "no hay alivio del calor extremo" en la Franja.
A las duras condiciones se suma que, según el Departamento Meteorológico Palestino (PMD, en inglés), las temperaturas se sitúan entre 8 y 9 grados por encima del promedio anual, con un riesgo especial para personas con enfermedades respiratorias o alergias al polvo.
La ola de calor continuará el jueves antes de un leve descenso a partir del viernes, aunque los valores "seguirán entre 4 y 5 grados por encima de lo habitual para la época", pronosticó el PMD.
Según la oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), más del 88 % del enclave palestino está sometido a órdenes de desplazamiento forzoso o se ha convertido en un área militarizada del Ejército israelí.
Rafah, en el sur, fue designada por Israel como destino de las evacuaciones hasta que, el 6 de mayo de 2024, una operación militar forzó el desplazamiento de las 1,4 millones de personas que allí se refugiaban (de una población total de 2,1 millones) hacia la costa sureña de Mawasi y otros puntos de Gaza.
En la abarrotada Mawasi se encuentran unas 425.000 personas en tiendas de campaña, sin electricidad ni agua potable, según la OCHA.