Pese a la reconexión de Zaporiyia, los planes rusos siguen amenazando la seguridad nuclear

Leópolis (Ucrania), 24 oct (EFE).- Después de un mes sin suministro eléctrico y funcionando gracias a generadores, la central nuclear ucraniana de Zaporiyia vuelve a estar conectada a la red, pero su futuro es incierto ante la posibilidad de que Rusia, que ocupa la planta, siga adelante con su plan de reiniciar los reactores, actualmente en parada fría, lo que incrementaría el riesgo nuclear.

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Rusia no renunciará a su intención de reiniciar la central, cuyo estado técnico plantea serias preocupaciones después de más de tres años y medio de ocupación y de ser usada como base militar, dijo a EFE Olga Kosharna, cofundadora del Centro Nuclear de Expertos Anticrisis de Ucrania.

Si se materializa el plan de sacar a la planta del estado de parada fría, existe un riesgo significativo de un incidente radioactivo debido a la falta de personal cualificado, el insuficiente volumen de agua para la refrigeración y por la presencia de soldados rusos y munición, enfatizó.

El 23 de septiembre la planta quedó desconectada de la red eléctrica ucraniana; Rusia responsabilizó a Ucrania de unos ataques que dañaron el tendido eléctrico, aunque unas imágenes de satélite analizadas por Greenpeace Ucrania no hallaron pruebas que respaldasen estas alegaciones, lo que llevó a la ONG a acusar a Moscú de un sabotaje deliberado.

Los expertos sospechan que se trataba de uno de los pasos para conectar a la central a la red rusa, por primera vez desde su toma en marzo de 2022, después de hacer lo mismo en mayo con la cercana central térmica de Zaporiyia.

El Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA), que informó este jueves de que había negociado un alto el fuego local para permitir las reparaciones de reconexión con la red ucraniana, no dio detalles de por qué Rusia ha dado su visto bueno.

Kosharna insinuó que Rusia no tenía otro remedio, después de que una reciente operación especial ucraniana dañase supuestamente las líneas tendidas por las fuerzas invasoras en zonas ocupadas para conectar la planta a su propia red.

Aunque un ataque aéreo ucraniano en junio solo provocó trastornos temporales, la operación más reciente, cuyos detalles no han trascendido, dañó seriamente unos transformadores situados en Molochansk y Melitópol, echando por tierra los planes rusos, según la experta.

Los expertos ucranianos advierten de que Rusia no cejará en su empeño de conectar a su red la planta, la mayor central nuclear de Europa, y de reiniciar al menos uno de los seis reactores. Greenpeace Ucrania asegura que Rusia ha instalado 200 kilómetros de nuevas líneas eléctricas en la región en los últimos meses.

El estado técnico de la planta no está claro, puesto que la misión de monitoreo del OIEA no tiene acceso a las zonas críticas de la planta y carece de los conocimientos especializados necesarios para valorarlo, según Kosharna.

Solo 4.000 de los originalmente 11.000 empleados permanecen en la central, donde se enfrentan a presión psicológica y detenciones, mientras que miles han huido.

Los especialistas familiarizados con las peculiaridades de los reactores de la época soviética que fueron renovados extensamente por Ucrania son insuficientes y Rusia está intentando adiestrar a toda prisa a empleados de bajo nivel, señaló Kosharna.

Además, la destrucción del embalse de Kajovka hace más de dos años apenas ha dejado un volumen de agua suficiente como para refrigerar un solo reactor, de acuerdo con los expertos.

Greenpeace y los expertos ucranianos critican al director general del OIEA, el argentino Rafael Grossi, por no condenar explícitamente las acciones rusas, supuestamente porque busca el apoyo de Moscú para ser nombrado secretario general de la ONU.

En el pasado, Grossi ha afirmado que el OIEA se ocupa solo de cuestiones técnicas relativas a la seguridad nuclear.

Estados Unidos y el Reino Unido han impuesto sanciones a la dirección de Rosatom, el gigante nuclear que supervisa la planta capturada, pero algunos países europeos se han mostrado reticentes a hacer lo mismo debido a su dependencia de Rusia en materia nuclear, dijo Kosharna.

Las propuestas de que EE.UU. administre la planta o de que el OIEA la gestione temporalmente no son consideradas realistas, en vista de los planes rusos.

"Rusia hará que esta crisis se repita una y otra vez mientras permanezca en la planta y quede impune por sus crímenes", declaró en un comunicado Jan Vande Putte, un experto en radiación y energía nuclear de Greenpeace Ucrania.

"Mientras las fuerzas rusas y Rosatom ocupen la planta, seguirá habiendo una amenaza significativa a la seguridad nuclear de Ucrania y Europa", añadió.

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