En la dimensión económica, el reporte de Finsa muestra que seis estados concentran el peso del producto interno bruto (PIB) manufacturero: Nuevo León (12,6 %), Estado de México (9,3 %), Coahuila (8,2 %), Jalisco (7,9 %), Guanajuato (6,9 %) y Baja California (6,6 %)
El reporte, en su tercera edición, sostiene que los retos y oportunidades del sector industrial mexicano se han intensificado en un entorno internacional marcado por la fragmentación geopolítica, la disrupción energética y una competencia creciente por atraer inversiones estratégicas.
En el ámbito interno, el diagnóstico se alinea con la apuesta del Gobierno mexicano por el Plan México y el despliegue de 15 parques industriales, denominados Polos de Desarrollo Económico para el Bienestar, como instrumentos para acortar brechas regionales.
La firma de desarrollo inmobiliario industrial plantea que aprovechar la “ventana de oportunidad” exige atender desafíos que se han vuelto “más visibles y más urgentes”, como “garantizar una oferta energética estable y suficiente”, modernizar infraestructura logística, fortalecer la seguridad pública y el Estado de derecho, y acelerar la formación de talento técnico y especializado.
En tanto, coloca a Nuevo León en el primer lugar, seguido por Chihuahua, Coahuila, Baja California y Estado de México, todos en el norte y fronterizos con EEUU excepto este último, entidades que el reporte asocia con ecosistemas industriales maduros y mayor capacidad instalada para absorber inversión.
En el extremo opuesto, el grupo más rezagado incluye a Guerrero, Chiapas y Quintana Roo, todos en el sur, con limitaciones estructurales para engancharse al nuevo ciclo de relocalización manufacturera, particularmente por brechas en infraestructura y capacidades productivas.
El informe también apunta que 16 estados mexicanos —la mitad del territorio— registran niveles bajos de desarrollo industrial y tres más un nivel “medio-bajo”, lo que sugiere una base desigual para captar proyectos vinculados al nearshoring, incluso con incentivos de política pública.
Entre las conclusiones cualitativas, Finsa destaca que “tres regiones continúan como los pilares industriales del país —la frontera norte, el bajío y el centro—”, aunque con retos persistentes de seguridad, movilidad urbana, agua y sostenibilidad ambiental; mientras que “el sur-sureste sigue presentando rezagos estructurales".
“Hoy no basta con atraer inversión; es indispensable entender dónde se puede desarrollar de forma sostenible y generar mayor valor agregado (...) Los próximos años serán decisivos para que más regiones del país logren capitalizar estas tendencias”, señaló Sergio Argüelles, presidente y director ejecutivo de Finsa.
El Índice de Desarrollo Industrial 2025 se compone de 30 indicadores agrupados en cinco dimensiones: infraestructura, entorno económico, entorno social, medio ambiente y talento e innovación. EFE