"El Líbano se está reconstruyendo y recuperando; no puede permitirse ir la guerra", dijo Aoun, según un comunicado de presidencia libanesa en el que aseguró que, como jefe de Estado, tomará "cualquier camino" en beneficio del país, sin hacer referencia explícita a las conversaciones sobre el desarme de Hizbulá.
Asimismo, indicó que "lo más importante es evitar el espectro de la guerra, reconstruir el país, garantizar que la gente permanezca en su tierra, revitalizar la economía libanesa y desarrollar el Estado".
"Este es mi objetivo, y si alguien tiene algún problema con él, que me lo haga saber", aseveró.
Por otra parte, apuntó que las autoridades libanesas están manteniendo negociaciones para garantizar la seguridad y la estabilidad en el país, especialmente en el sur del Líbano, donde Israel efectúa ataques prácticamente a diario pese a la tregua en vigor desde noviembre de 2024.
"Esta negociación no significa una rendición. Nos apoyamos en las posiciones adoptadas por el presidente estadounidense, Donald Trump, y su interés en el proceso de paz, y estamos haciendo nuestra parte en este sentido", indicó.
Pese al alto el fuego el fuego, los bombardeos del Ejército israelí en territorio libanés, donde todavía mantiene posiciones cerca de la frontera, son prácticamente diarios y especialmente intensos desde hace semanas.
Israel mató a 380 presuntos miembros de Hizbulá desde que comenzó la tregua, según indicaron recientemente fuerzas armadas israelíes en un comunicado en el que acusaron al grupo chií de violar el acuerdo de tregua en 1.900 ocasiones.
Mientras, Naciones Unidas denunció que, hasta ahora, al menos 127 civiles habían muerto en los ataques, casi diarios, contra el Líbano.
El Ejército israelí justifica que estos ataques se deben a que Hizbulá está intentando rearmarse, mientras el Gobierno libanés prosigue con sus esfuerzos para el desarme del grupo chíi, pero sin resultados.