El tribunal mixto, formado por seis miembros de un jurado popular asistidos por tres magistrados profesionales, no creyó la declaración de inocencia que durante tres meses desgranó en el tribunal de Besançon el acusado, que se apoyaba en la ausencia de pruebas directas.
"Hace ocho años que lucho contra los que me acusan de ser un envenenador (...) Hice un juramento en 1999 y siempre lo he respetado, el juramento hipocrático", aseguró el facultativo el pasado lunes, en su última declaración.
Pese a ello, el jurado ha aceptado los argumentos de la acusación, que sostenían que Péchier es el único que podía haber cometido esos crímenes y que lo hizo por inquina contra algunos colegas médicos de los que quería vengarse.
Los abogados de la defensa ya han expresado su intención de presentar un recurso contra la sentencia, aunque el mismo no impedirá su ingreso preventivo en prisión para un acusado que compareció libre en el juicio.
El anuncio de la sentencia provocó una gran emoción en los familiares del anestesista, sobre todo en sus hijos y en su madre, que se derribó en lágrimas al escuchar el veredicto condenatorio, según reportan medios locales presentes en la sala.
La Fiscalía había descrito a Péchier, de 53 años, como un "asesino en serie" y un "doctor de la muerte", que inyectaba potasio y otros productos en los pacientes para provocarles paros cardiacos con el objetivo de desgastar psicológicamente a los médicos con los que estaba en conflicto.
Aunque no encontraron ninguna prueba formal de sus actos, los investigadores consideraron al anestesista como el único nexo común entre todas esas muertes.