Preguntado en una rueda de prensa sobre si Washington querría un cambio de Gobierno en el país, el político de origen cubano insistió en que esta posición "no solo se trata de una política de esta Administración" del presidente republicano, Donald Trump.
"Creo que a cualquier Administración le gustaría ver una situación diferente. Fue un desastre. Es un desastre. No es solo porque sean marxistas y terroristas. Son incompetentes. Son personas incompetentes que destruyeron ese país", dijo el jefe de la diplomacia estadounidense, hijo de inmigrantes cubanos.
Rubio, una de las figuras más importantes dentro del gabinete de Trump, es originario de Florida - hogar de la mayor comunidad de exiliados cubanos- y ha sido un acérrimo crítico del Gobierno de los hermanos Fidel y Raúl Castro, y ahora de su pupilo, el presidente Miguel Díaz-Canel.
Cuba registra desde hace más de cinco años una de las peores crisis económicas de su historia reciente, que ha provocado un éxodo récord de sus habitantes, la mayoría hacia EE.UU..
Aunque La Habana y Washington retomaron relaciones en 2014 tras más de medio siglo de enemistad, la entrada dos años más tarde de Trump en la Casa Blanca revirtió los avances de normalización impulsados por el expresidente demócrata Barack Obama.
En su segundo mandato, Trump ha redoblado su dura retórica contra el Gobierno cubano, al que acusa de violaciones de derechos humanos y represión.
Las declaraciones de Rubio coinciden con un aumento en la presión en busca de la salida del poder el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, uno de los más estrechos aliados de La Habana, al que Washington acusa de liderar una red de narcotráfico, algo que Caracas niega.
Con el regreso de Trump al poder en enero pasado, EE.UU. ha desempolvado su 'Doctrina Monroe', basada en nuevas formas de intervención en América Latina, con una nueva estrategia develada recientemente que demuestra el claro interés de Washington en tomar parte en asuntos internos en el continente.