La empresa puntualizó que estos drones, una versión modernizada de los KUB anteriormente suministrados al Ejército ruso, son fabricados en diversas versiones en dependencia de la masa del explosivo que cargan.
"Los KUB-2 de clase ligera tienen como objetivo la aniquilación de las fuerzas vivas del enemigo (incluyendo a un militar aislado) y máquinas de combate no blindadas, mientras que los KUB-2 de clase media pueden ser usadas contra efectivos enemigos, lanzaderas de drones, bases de helicópteros, máquinas de combate no blindadas o con blindaje ligero", puntualizó Kaláshnikov.
Señaló que estos drones distinguen por su alta maniobrabilidad y sus sistemas ópticos y electrónicos.
"Gracias a esto los operadores pueden atacar con precisión incluso objetivos en movimiento, tanto de modo manual como automatizado gracias al ordenador de a bordo con elementos de inteligencia artificial, lo cual hace inmune a este dron ante los medios enemigos de lucha radioelectrónica", añadió el consorcio, al señalar que este artefacto superó exitosamente las pruebas en el campo de batalla ucraniano.
Kaláshnikov indicó que la precisión de estos drones se incrementa cuando trabajan en coordinación con los drones espías SKAT 350M, producidos en masa por la compañía.
En agosto pasado la corporación informó de la entrega de un lote de la anterior versión de estos drones, utilizados por la parte rusa en la guerra en Ucrania para atacar vehículos blindados, vehículos de combate, refugios, entre otros.
Ya en 2024 el consorcio informó del aumento de la producción hasta diez veces, así como de sus primeras entregas al extranjero en virtud de un contrato a través de Rosoboronexport, la agencia rusa de comercio de armas.
Los drones adquirieron especial protagonismo en la guerra de Ucrania, donde son utilizados masivamente por ambos bandos.