El director de 50 años, uno de los nombres más influyentes del circuito sinfónico, es también conocido por ser poco convencional dentro del encorsetado mundo de la música clásica, con una imagen más propia de la cultura pop, con las uñas pintadas y pendientes.
La apuesta por modernizar el recital se puede ver en un repertorio que, sin abandonar el protagonismo de los Strauss con sus tradicionales valses, polcas y marchas, incorpora cinco obras que se escucharán por primera vez, entre ellas dos de compositoras: Florence Price (1887–1953) y Josephine Weinlich (1848–1887).
La inclusión más llamativa en el recital de la Sala Dorada es la de Price, una compositora afroamericana cuya música ha vivido un redescubrimiento internacional en la última década, y su 'Vals del arcoiris' sonará allí por primera vez.
"Florence Price fue una compositora injustamente relegada y, según sus propias palabras, lo fue por su género y por su raza", explicó Nézet-Séguin a EFE en Viena sobre la inclusión de la compositora en el recital, algo que él pidió a la Filarmónica de Viena.
"Y ahora es una compositora muy importante para la historia de Estados Unidos, además de estar influida, en cierto modo, por el vals vienés. Así que la combinación de todo esto con el Concierto de Año Nuevo va a mostrar un paso adelante hacia una mentalidad más abierta y hacia un mundo de la música clásica más abierto", agregó, sobre su idea de "modernizar" el evento musical más seguido del mundo.
Nézet-Séguin ha repetido en el pasado que tiene la ambición de ampliar el mensaje de la música clásica construyendo un puente entre lo tradicional y sensibilidades más contemporáneas.
Uno de los grandes impulsores para el redescubrimiento de Price han sido precisamente Nézet-Séguin y la Orquesta de Filadelfia: sus interpretaciones y grabaciones han sido clave para dar a conocer a la compositora, un trabajo que además fue distinguido con un Grammy en 2022.
Además de Price, sonará otra pieza de una compositora: 'Canciones de sirenas', de la austríaca Josephine Weinlich (1848–1887), fundadora y directora de la primera orquesta femenina de Europa.
El famoso concierto que se celebra cada 1 de enero incorporó por primera vez -en su 85 aniversario- la obra de una compositora en 2025, el 'Ferdinandus-Walzer' de la austríaca Constanze Geiger (1835–1890).
El director canadiense explicó en una rueda de prensa que su Concierto de Año Nuevo quiere transmitir "alegría", pero también ir más allá del entretenimiento, hacia una forma de "esperanza compartida" gracias a la música.
Como es tradición, el concierto lanzará un mensaje de paz al mundo, algo que este año se subraya en la última pieza del programa, 'Palmeras de la paz', de Josef Strauss, justo antes de los bises más célebres: 'El Danubio azul' y la 'Marcha Radetzky'.
"Y quizá ese sea el mensaje principal, el gran mensaje, de este concierto: cómo reunir todas las culturas para intentar inspirar, a través de la música, la paz en el mundo", dijo el director canadiense.
"Porque cuando empezamos a hablar, discutimos y discrepamos, pero cuando empezamos a escuchar la misma música, sentimos que tenemos más cosas en común que diferencias", concluyó.