Sin Gobierno ni presupuesto: una Bulgaria en crisis entra en enero en la zona euro

Sofía, 29 dic (EFE).- Bulgaria entrará el próximo 1 de enero en la zona euro en medio de una nueva crisis política, con un Gobierno en funciones tras su reciente dimisión, sin presupuesto para 2026 y con el temor de muchos ciudadanos a una subida de precios con la nueva moneda.

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El país balcánico, el más pobre de la Unión Europea (UE) y miembro desde 2007, se convertirá así en el vigésimo primer integrante de la zona euro y, tras 145 años, dejará atrás el lev, su moneda nacional desde 1881.

Desde el 1 de enero hasta el 30 de junio, los bancos cambiarán sin comisiones los billetes y monedas de levas a euros al tipo de cambio oficial de un euro por 1,95583 levas.

"Con este paso, Bulgaria finaliza su plena integración europea", aseguró el primer ministro, Rosen Zhelyazkov, el pasado 11 de diciembre, momentos antes de presentar la dimisión tras varios días de manifestaciones masivas contra su Ejecutivo.

Decenas de miles de personas salieron a las calles en la primera semana de diciembre para protestar contra la endémica corrupción y contra el primer presupuesto elaborado en euros, que el Gobierno de coalición, integrado por conservadores, populistas y socialistas, pretendía aprobar para 2026.

No obstante, y tras casi dos décadas de espera, reformas y negociaciones, Bulgaria adoptará finalmente la moneda única europea, en un período de crisis política y con una de las mayores tasas de inflación de la UE.

El país excomunista celebró entre 2021 y 2024 siete elecciones generales y ahora se prepara para las octavas en menos de cinco años, mientras que la inflación acumulada desde 2020 supera el 40 %.

El salario mínimo aumentará en enero un 12 %, hasta 620 euros mensuales, uno de los más bajos de la UE.

Según explicó a EFE el sociólogo Dimitar Ganev, el euro se asocia en Bulgaria, incluso antes de su introducción, con las recientes subidas de precios, por lo que la moneda única europea no tiene buena fama.

"Cuando Bulgaria estaba a punto de incorporarse a la UE en 2006 hubo en la sociedad un gran entusiasmo respecto a la integración, a la esperada mejora del nivel de vida, todo ello relacionado con el euro", recuerda el analista.

"Pero, desde 2009, las noticias acerca del euro fueron sobre todo negativas, primero por la crisis financiera en Grecia y luego por las dificultades de la eurozona en general", añade.

Además, tras la entrada de Croacia en el euro hace tres años, se multiplicaron las noticias sobre fuertes subidas de precios en ese país, señala el analista, quien estima que hoy más de un 50 % de la población rechaza el euro.

De hecho, las autoridades búlgaras apenas informaron a la ciudadanía sobre las ventajas de adoptar el euro, en un contexto marcado por la fuerte inestabilidad política del último año.

El propio Ministerio de Finanzas de Bulgaria reconoce que, según sus encuestas, apenas un 51 % de los ciudadanos apoya hoy la entrada en el euro, siendo los más jóvenes los más favorables.

Muchos temen que los precios suban a partir de enero por la introducción de la nueva moneda, también por el tipo de cambio fijado en un euro por 1,95583 levas.

"Los precios van a subir y nuestras pensiones miserables seguirán igual. Tememos que con el cambio de la moneda nos estafarán con más facilidad", dijo a EFE Zlatka Ivanova, de 80 años.

Según esta jubilada, "deberían haber fijado el tipo de cambio en exactamente 2 levas por 1 euro y no con una coma decimal".

"Imagínese: compra algo y empieza a calcular el cambio y detrás de usted se forma una cola de clientes nerviosos que le presionan. Sí que habrá equivocaciones", agrega Mariana Tsekova, de 63 años.

En cambio, cerca de un 70 % de los empresarios del país están a favor del euro, señala una encuesta del instituto Alpha Research.

"La adopción del euro es lógica y necesaria si queremos formar parte del mundo civilizado. Traerá estabilidad a la economía", aseguró a EFE Lazarina Simova, propietaria de un hotel y complejo de recreo en la ciudad turística costera de Varna.

"Por fin se acaba la burocracia innecesaria de cambiar divisas. Bulgaria ya estaba 'de facto' en la eurozona desde hace 25 años, al estar el lev fijado al euro. Solo sufrimos pérdidas e incomodidades por tener que calcular constantemente entre ambas monedas", concluyó esta empresaria.

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