"La legislación corta el suministro de agua, electricidad, combustible y comunicaciones a UNRWA y otorga al gobierno de Israel la autoridad para expropiar propiedades de la ONU en Jerusalén Este, incluyendo la sede de UNRWA y su principal centro de formación profesional", advirtió en un comunicado Lazzarini.
Además, añadió, la medida excluye explícitamente a la UNRWA de la normativa israelí que incorpora las obligaciones del país bajo la Convención sobre los Privilegios e Inmunidades de las Naciones Unidas, lo que, denuncia, supone "una clara violación de las obligaciones del Estado de Israel en virtud del derecho internacional".
El pleno de la Knéset (Parlamento israelí) aprobó este lunes en segunda y tercera lecturas una enmienda al proyecto de ley para la terminación de las actividades de la UNRWA que entró en vigor en enero 2025, en la que se recogen estas restricciones. La propuesta fue apoyada por 59 diputados, frente a 7 que se opusieron.
Durante el debate, el presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores y Defensa, el diputado Boaz Bismut, afirmó que "los empleados de la UNRWA participaron plenamente en la brutal masacre perpetrada contra nosotros el 7 de octubre. Ayudaron, asesinaron y secuestraron. En la práctica, la UNRWA es un brazo de Hamás. Terroristas disfrazados bajo los auspicios de la ONU".
La legislación fue criticada por dirigentes palestinos. El secretario general de la Iniciativa Nacional Palestina, Mustafa Barghouti, tildó la ley, en un mensaje en la red social X, de "otra violación del derecho internacional”.
El comisionado de la UNRWA denunció asimismo acciones unilaterales sobre el terreno, como la irrupción de funcionarios israelíes en un complejo (hoy cerrado) de la agencia en Jerusalén Este y el cierre forzoso de escuelas del organismo, lo que privó a cientos de niños refugiados de su derecho a la educación.
Además, Lazzarini alertó de que la legislación sienta un "grave precedente" para otros conflictos y advirtió de que atacar la independencia y las inmunidades de Naciones Unidas no solo afecta a la UNRWA, sino al conjunto del sistema multilateral y a los esfuerzos por una solución política justa y duradera al conflicto palestino-israelí.
En octubre de 2024, el parlamento israelí declaró ilegal la actividad de la UNWRA en Israel y prohibió cualquier contacto de sus empleados con funcionarios israelíes, orden que entró en vigor a finales de enero de 2025, alegando una supuesta conexión entre trabajadores de la agencia de la ONU con el grupo islamista Hamás.
La Corte Internacional de Justicia determinó que Israel no ha fundamentado sus alegaciones de que una parte significativa de los empleados de la UNRWA son miembros de Hamás, ni tampoco ha demostrado la presunta falta de neutralidad de la agencia humanitaria en su conjunto.
Este veto dificulta la ayuda de la agencia a los palestinos en Jerusalén Este, Cisjordania ocupada y Gaza, ya que los accesos y el movimiento de estos territorios están controlados casi por completo por Israel.
El 81 % de todas las estructuras y edificios de Gaza han sido destruidos por los bombardeos israelíes durante su ofensiva, y a pesar del alto el fuego, el Ejército de Israel continúa demoliendo edificios en el 54 % de la Franja que continúa bajo su control.
Desde el inicio del alto el fuego, el pasado 10 de octubre, ya son 414 los palestinos fallecidos y 1.145 los heridos por fuego israelí, según los datos publicados este lunes por Sanidad gazatí.