Silencio que dice todo

Recientemente se volvió tendencia en redes el hashtag #DondeEstaMarito, haciendo evidente la poca presencia de la cabeza del Ejecutivo en estos tiempos de crisis. A diferencia de sus pares en otros países, que por más caótica que sea la situación vivida, se siguen mostrando públicamente en conferencias de prensa para, de cierta forma, demostrar que están junto al pueblo trabajando. Y, sin embargo, con su silencio Mario Abdo comunicó todo de forma sincera a la ciudadanía. Semanas atrás fue noticia internacional que la canciller alemana, Angela Merkel, reconocía que se equivocó en algunas de las medidas tomadas para su país en esta pandemia. “Este error es única y solamente mi error. Sé que todo el proceso generó una inseguridad adicional y pido por ello disculpas a la ciudadanía”, expresó la líder germánica en una breve conferencia de prensa, catalogada según algunos medios internacionales como algo sorprendente, un anuncio sin precedentes. ¿Se imaginan a nuestros políticos reconociendo sus errores al público? Eso sí sería anecdótico. Pero en el corazón de América del Sur no tenemos a una Ángela Merkel a la cabeza gestionando esta crisis sanitaria, social y económica. Tenemos al hijo del ex secretario privado de Alfredo Stroessner.

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El pueblo estaba expectante sobre el nuevo decreto por anunciar, el del retroceso a la fase 0 pero con maquillaje y disfraz, porque desde arriba saben bien que expresarlo de esa forma causaría, como mínimo, una acentuación al caos que se vive actualmente con el rechazo de la ciudadanía, ahogada en deudas desde el año pasado por la ineficiente cuarentena vivida. Cuando se le exigía aparecer para calmar el ambiente del Marzo Paraguayo 2021, solo pudo ofrecer un cuestionable video anunciando futuros cambios en el gabinete. Ah, eso sí, se reunió con los degustadores de medias coloradas de las seccionales. Aparentemente ello requería su sacrosanta presencia en vivo.

Quizás lo que nos pasa es que nos falta leer entre líneas. Quizás no nos dimos cuenta que, cuando se le consultó por el caso del pobre hombre que rogaba por remedios para su hermano internado por coronavirus, el presidente ya había lanzado su mensaje al pueblo paraguayo: “Che piko moõ aikuaata, no soy médico”. Entre sus asesores, lo habrán aplaudido y vitoreado por tal sincera exclamación. Seguro no quiso repetirse en esos días de marzo y por eso anduvo callado públicamente. Sería una obviedad recalcar que en materia comunicacional nuestro gobierno está “aplazado y expulsado”. Pero, paradójicamente, la excepción que confirma la regla es Mario Abdo Benítez, quien con su silencio comunicó todo de manera sincera (para variar). Dijo todo sobre su interés hacia el sufrimiento de la gente, todo sobre su capacidad para liderar un país, y dijo todo sobre su calidad de persona. Con su silencio, el presidente ya lo dijo todo.

Kevin Nohl CI 4.255.528

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