Obispo insta a dar alegría y esperanza en estos tiempos difíciles

Cierran festividades en Caacupé con multitudinaria asistencia de fieles.Desiré Cabrera, corresponsal.

CAACUPÉ. El obispo de Caacupé, monseñor Ricardo Valenzuela, exhortó a que cada uno cumpla con los deberes que le corresponda en la sociedad, con lo que no solo se beneficiaría a sí mismo, sino también a los demás. En ese sentido, dijo que mucha gente pierde la alegría en estos tiempos difíciles ante las pruebas y carencias que les toca vivir y un alma triste está en la puerta de muchas tentaciones. “¡Cuántos pecados se cometieron a la sombra de la tristeza!", exclamó.

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Monseñor Valenzuela afirmó que esa tristeza en muchas ocasiones también nace del egoísmo, de ese fanatismo de pensar uno solo en sí mismo y olvidarse de los demás, así como de la indolencia ante el trabajo, que deja que se acumule por falta de ganas, o pensar solo en las compensaciones.

Añadió, asimismo, que cuando el alma está alegre se vuelca hacia afuera y es un estímulo para los demás, mientras que la tristeza oscurece el ambiente y hace daño. Al respecto, dijo que hay que ponerse a reflexionar sobre la vida que lleva cada uno y qué está haciendo para tratar de hacer feliz también a su semejante, ya que quien anda excesivamente preocupado de sí mismo, difícilmente va a encontrar gozo.

Obispo pide instar al gozo y la felicidad a los fieles católicos.

Estas reflexiones se brindaron en la misa final de la octava realizada ayer en Caacupé, ante la presencia de miles de peregrinos en la explanada de la Basílica. Este año no se realizó la tradicional octava como años anteriores por disposición del nuevo rector, Pbro. José Benítez. Las celebraciones litúrgicas se realizaron en horario normal con vicarios del santuario. Sin embargo, desde el sábado una gran cantidad de personas visitó la capital espiritual nuevamente.

El obispo señaló además que muchas personas están pasando por una dura prueba y no tienen la fuerza necesaria para aguantar. “En estos tiempos de tanta sensibilidad podemos ayudar dando por lo menos una palabra de aliento, de fe, de esperanza”, mencionó.

En ese contexto, expresó que por ejemplo en visitas a los hospitales se ven imágenes crueles, como niños de seis meses con cáncer, niños de todas las edades con dolencias imposibles que llegan a preguntarse el sentido de ese sufrimiento en criaturas inocentes.

Recordó el caso de la niña Bianca, que sufre de una rara enfermedad, que requiere un costoso medicamento para su cura y la lucha de sus jóvenes padres, que el domingo pasado entregaron a la Virgen sus súplicas. Sostuvo que el clamor de los padres está teniendo eco en la solidaridad de la gente, pero hay que seguir orando y colaborando con esta familia.

Recordó también a Brunito, que el miércoles pasado falleció cuando estaba a punto de cumplir cinco años, que conmovió a muchos por la santa inocencia que tenía al orar el padrenuestro, pero que dejó una gran lección de fe y piedad con su inocente y conmovedora devoción.

Monseñor Valenzuela invitó a reflexionar sobre cómo cada uno se prepara a diez días de la Navidad. “Ojalá no sea con muchas ofensas al Señor, con imprudencia, excesos de bebidas alcohólicas, accidentes por manejar en estado etílico, asesinatos, crímenes, humillaciones en medio del pecado, etc".

Pues, “lo ideal sería preparar la Navidad en un ambiente y clima de paz cristiana, brindando más alegría a quienes nos rodean, además de visitar a esos abuelos que se encuentran en los asilos esperando la muerte ante la ausencia de sus propios familiares, a los enfermos en los hospitales llevando aliento y esperanza”.

Finalmente, monseñor Valenzuela también instó a evitar tragedias por cosas de tan poca importancia y dejar de sulfurarse por pequeñas cosas recurriendo a agresiones y maltratando o amenazando a los demás, incluso dentro de la propia familia. Menospreciando, rebajando y humillando a miembros de la familia y después ni siquiera quieren pedir perdón.

Al culminar la misa se realizó la tradicional procesión por las calles adyacentes al Santuario que contó con el acompañamiento de miles de fieles. Con este acto se dio por culminada una de las festividades marianas más importantes del país.

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