A días de su 483 aniversario, Asunción, “capital de mis amores”, muestra una belleza natural única gracias a sus lapachos que explotan en colores rosa como preludio de la Primavera.
No hay un rincón de la ciudad sin estos preciosos árboles, que se erigen hacia el cielo para mostrar sus coloridas flores. En sus ramas, las avecillas trinan, mientras se van soltando las flores que terminan formando una bella y adornada alfombra sobre calzadas y veredas.
El tajy es de la especie denominada Tabebuia impetiginosa, comúnmente lapacho rosado. En Paraguay hay 5 especies comunes: el amarillo; el lapacho morado, llamado Handroanthus heptaphyllus; el rosado, y luego el blanco que es una variación normal del lapacho morado. Estos pueden ser de hasta 35 metros de altura.
El viento “norte tarova” hace que esta especie florezca en gran número por todas partes. En la creencia popular, cuando sucede la masiva floración, es porque ya no habrá días de intenso calor y que los días cálidos ya serán permanentes como bienvenida a la reina de la estaciones.
Ante la amenazante pandemia que azota a nuestro, la belleza del lapacho, hasta parece ser un aliciente para seguir luchando contra el mal.
A la hora de elegir cuándo sembrar lapachos, lo ideal es el invierno. Estos tardan de dos a tres años en crecer. Los lapachos se reproducen por semillas. Se deben cultivarlos en macetas; y cuando alcancen un tamaño ideal, incluso hasta dos metros, se debe hacer el trasplante.