/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/abccolor/7QRDLJS4KJHSBKKBEG6SF6YGHU.jpg)
Cargando...
El cuadro quedaría inconcluso si no apuntamos que en ese extenso período (1994/2020), de la abrumadora diferencia (365.120.938 MWh, o sea 93,4%) se aprovecharon los protagonistas del mercado eléctrico argentino, principalmente las comercializadoras, a través de las cuales –contra el Tratado de Yacyretá–, flujos importantes de esta energía alcanzaron, inclusive en el nuevo año, la red eléctrica brasileña.
La historia de Yacyretá empieza en el mismo año que la de Itaipú, con algunos meses de diferencia, cuya concreción –del tratado– forzó el alumbramiento del documento de Yacyretá. Hay coincidencia que fue prematuro, las prueban son las numerosas correcciones que sufrió el Tratado de Yacyretá y hasta el mismo proyecto.
No obstante, el capítulo que hoy abordaremos se limita al lapso en que la luz artificial se hizo en la nación de la luna: 1996, año en que la nueva central, tras superar 20 años de atraso, produce sus primeras unidades de energía: 355.361 MWh, succionados en su totalidad por el sistema argentino.
En 1995, la producción de Yacyretá fue mayor, 3.792.345 MWh, pero, una vez más, suministrados íntegramente a la Argentina.
Recién en 1996, la ANDE, con exagerada timidez, retira sus primeros 6.284 MWh, de un total de 6.338.423 MWh que produjo la central. La diferencia, 6.332.139 (99,9%), la engulleron nuestros socios.
La curva que graficaba el indiscutido predominio argentino en el aprovechamiento de Yacyretá se mantuvo inalterable hasta 2005.
Entre el 2010 y el 2016 el promedio que retiró la ANDE de la hidroeléctrica paraguayo-argentina rondó un promedio de 2.300 GWh (1 GWh = 1000 MWh), pero desde el 2017 el subaprovechamiento del proyecto más costoso para el Paraguay –en territorio y en beneficios deshonrados– retornó a la normalidad, o sea al injustificado subaprovechamiento: 474.000 MWh de 19.938.620 en 2018, por ejemplo.
El consumo nacional en 2020, con el 11,21% del total, esperamos sea el inicio de una tendencia más provechosa para nuestro país.
¿Qué pasó con la energía cedida?
El Art. III del Tratado de Yacyretá consagra la división en partes iguales de la energía de la central. En 26 años, Argentina aprovechó el 93,4%. La pregunta ciudadana, cuyos ecos resuenan en cada año que pasa y llegará es ¿qué se hizo con los 169.547.502,5 MWh faltantes? Los cedió a la argentina por un valor que no llega a los US$ 9/MWh. Aún así hay un mora argentina superior a los US$ 60 millones, uno de los compromisos desatendidos.