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Desde hace unos 22 días, bandas conformadas por menores de edad, casi todos ellos adictos a sustancias prohibidas, comenzaron a atacar durante la noche y madrugada los cultivos de verduras, justo en el momento del inicio de las cosechas.
Los maleantes roban todo lo que pueden y aparentemente entregan los productos a un reducidor de la zona, quien les paga en efectivo o simplemente les canjea por dosis de crack o marihuana, generando terribles pérdidas a los productores, quienes esperaron casi tres meses para poder cosechar y con la venta de las hortalizas pagar sus deudas y ahorrar un poco de efectivo para afrontar las festividades de fin de año.
Los sucesivos robos obligaron a los agricultores a pasar las noches en vela en sus campos de cultivo en un intento de desalentar el accionar de los maleantes; sin embargo, no tuvieron el resultado esperado, pues los ladrones aprovechan el tiempo que los trabajadores van a su casas para asestar nuevamente sus golpes.
Ante esta situación, los vecinos efectuaron la denuncia ante los medios de prensa y la comisaría jurisdiccional Nº 20 Central, cuya jefa, la comisaria principal Arsenia Caballero, se reunió con los afectados y luego dispuso que un grupo de agentes a su cargo efectúen patrullas aleatorias, de noche y madrugada, por las zonas de producción.
Sin embargo, los afectados no recibieron el mismo apoyo de los agentes del Ministerio Público, debido a que estos se muestran renuentes a ordenar la detención de los presuntos responsables de los robos argumentando que algunos son menores de edad, que el valor de lo robado es exiguo y hasta dejaron entrever que sería ridículo ordenar la captura de alguien por robo de lechuga, según denunciaron.
Mientras tanto, los pequeños productores trabajan de sol a sol en sus cultivos y luego se ven obligados a pasar las noches bajo improvisadas carpas para ahuyentar a los ladrones con ayuda de algunos agentes de la comisaría jurisdiccional, según informaron.