Gobierno no logra hacer funcionar el acueducto del Chaco en plena sequía

Exterior del Centro de Distribución de agua de la ESSAP en Loma Plata.

LOMA PLATA. Pobladores de Loma Plata denunciaron que desde el 31 de octubre no reciben agua de la planta de distribución del acueducto ubicada en el distrito, obligándolos a rebuscarse por el vital líquido en empresas particulares que actualmente lidian con una sobredemanda. Los consumidores se quejaron de que el costo mínimo de 5.000 litros de agua es G. 250.000, monto que consideran excesivo para las zonas vulnerables.

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En Loma Plata se encuentra el principal reservorio de agua del acueducto Agua para el Chaco, desde donde se realiza la distribución del vital líquido, a donde llega desde la planta de captación situada en Puerto Casado (Alto Paraguay).

La provisión del agua se interrumpió en una etapa en la que la sequía causa severos problemas, ya que no llueve lo suficiente y las temperaturas se aproximan a 40 grados.

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Conseguir agua casi es una hazaña que requiere agendamiento, tener varios contactos y aguateros confiables que aún posean agua de calidad, de acuerdo a la experiencia de los usuarios. Para los sectores obreros, latinos y en las comunidades indígenas, con suerte se puede conseguir 10.000 litros de agua por G. 350.000, pero los proveedores particulares llegan a vender 5.000 litros por G. 250.000.

En un aljibe promedio se pueden almacenar 30.000 litros de agua y llenarlos puede alcanzar entre G. 1.000.000 y G. 1.500.000. Es un costo sumamente alto para las familias con ingresos mínimos o de zonas vulnerables.

La ventaja del acueducto cuando funciona es que el agua es más barata, una carga de de 10.000 litros tiene un costo de aproximadamente G. 200.000, algo mucho más accesible para todos los usuarios. Sin embargo, sin agua nadie puede economizar, sin dejar de mencionar que el agua obtenida subterráneamente muchas veces es salina y en ocasiones sirve solo para limpieza o lavados y no para consumir.

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Desde la Empresa de Servicios Sanitarios del Paraguay (Essap), que es la que administra el acueducto, mencionaron que en lo que va de noviembre aún no lograron solucionar los frecuentes problemas de roturas de cañerías. Anunciaron que el servicio se restablecería recién la próxima semana y también desde entonces se bombearía el agua a los reservorios ubicados en Filadelfia, Mariscal Estigarribia, Neuland y Lolita.

Costosa y lenta obra

Las obras del Acueducto para el Chaco se iniciaron en noviembre del 2012 durante el gobierno de Federico Franco, luego de quince años de postergación. El plazo de terminación era de un año, pero ya se cumplieron dos lustros y todavía no fue terminado.

Cuando se iniciaron los trabajos el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) anunció un costo de US$ 50 millones (unos G. 350.000 millones al cambio actual del dólar al guaraní), pero el precio trepó a unos US$ 130 millones (910.000 millones) hasta el 2020, según datos oficiales. La obra es financiada con fondos de Obras Públicas y préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Todavía falta la culminación de la tercera fase del plan. Consiste en la construcción de redes de abastecimiento de agua potable en 85 comunidades indígenas y pequeñas localidades del Chaco Central.

Algunas comunidades tienen las conexiones de lo que corresponde a la fase 3 del acueducto, pero hasta ahora el agua llega mediante acarreo, no por la red, debido a la lentitud de los trabajos encargados por el MOPC en esta parte del proyecto.

Además, queda pendiente la reconstrucción de 100 kilómetros de cañería, obra para la cual se requiere de fuentes de financiamiento, según anunció el presidente Mario Abdo Benítez.

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