El metaverso se presentó como la siguiente fase de internet: abandonar las dos dimensiones para sumergirse en un entorno completamente virtual, “meternos en internet”. Zuckerberg aseguró entonces que ese nuevo mundo movería “centenares de miles de millones de dólares” para 2031, informa El País de España.
Algunos analistas llegaron a proyectar que el negocio podría alcanzar unos 800.000 millones ya en 2024. Hoy, esas cifras parecen claramente alejadas de la realidad.
Según adelantó Bloomberg, la compañía planea recortar el año que viene un 30% el presupuesto destinado a este proyecto. El ajuste afectaría sobre todo a Reality Labs, la división dedicada a los desarrollos de largo plazo, como las gafas de realidad aumentada y los visores de realidad virtual.
Lea más: 2025, año en que la IA se convierte en parte de nuestra rutina diaria y ya no es invisible
En su resumen anual publicado en el blog de la empresa, Andrew Bosworth, responsable de Reality Labs y una de las figuras con más influencia sobre Zuckerberg, solo menciona la palabra “metaverso” en la última frase.
¿Fin del metaverso o cambio de estrategia?
El recorte presupuestario plantea una pregunta evidente: ¿está el metaverso acabado? ¿Ha sido sacrificado en favor de la carrera por liderar la inteligencia artificial (IA)?
Dentro de la empresa lo niegan. “Estamos moviendo parte de nuestra inversión del metaverso a las gafas con IA y los wearables [tecnología ponible], dado el buen momento que atraviesan. No planeamos grandes cambios más allá de eso”, señalan fuentes de Meta a El País.
Los analistas consultados por este diario también interpretan el recorte como parte del desarrollo lógico de una tecnología todavía emergente.
Ekaitz Cancela, codirector del Center for the Advancement of Infrastructural Imagination (CAII) y autor de Utopías digitales (Verso Libros, 2023), lo sitúa en “una reorientación estratégica bastante coherente con la fase actual de competencia capitalista en la economía digital”.
“Estamos ante un proceso clásico de reestructuración de capital en respuesta a la presión competitiva: Meta no puede permitirse estar desarrollando tecnología de largo plazo mientras OpenAI, Anthropic, Google y hasta xAI de Musk se disputan el dominio del mercado de la IA. Quien más rápido la domine, más dinero ganará vendiendo sus servicios”, sostiene el economista.
La IA se impone en el discurso corporativo
En los últimos tiempos, el discurso público de Zuckerberg gira precisamente en torno a la inteligencia artificial. Suele destacar los modelos de chatbots en los que trabaja la compañía y, sobre todo, las gafas inteligentes Ray-Ban, que, a diferencia de los visores de realidad virtual, sí están teniendo buena acogida.
En septiembre, durante el gran evento corporativo anual, Zuckerberg definió la realidad virtual, la realidad aumentada y la IA como las tres tecnologías que conformarán el metaverso. Y defendió que se está avanzando en las tres.
“No hay que ver esto como un juego de suma cero. Las nuevas gafas Meta Ray-Ban Display, que incorporan una pequeña pantalla monocular y una pulsera neural para interpretar gestos de la mano, necesitan un análisis del espacio, como las de realidad virtual”, explica Víctor Javier Pérez, director de marketing en Invelon y conocedor de las industrias inmersivas.
Pérez considera que el éxito de las gafas Ray-Ban con IA ha llevado a Zuckerberg a plantearse llegar al metaverso por “el camino inverso: antes de apostarlo todo a los visores de realidad virtual, que implican una inmersión total y son menos intuitivos, puede interesar capitalizar el boom de las gafas interactivas e ir añadiéndoles poco a poco más elementos”.
La pulsera neural, que permite usar los movimientos de la mano para navegar por la pequeña pantalla superpuesta a la realidad, es un ejemplo de este enfoque incremental.
Gafas con IA: la “plataforma” que viene después del móvil
Meta no está sola en esta apuesta. Google y HTC trabajan en sus propios modelos de gafas inteligentes, y el mercado parece otorgarles potencial.
Lea más: Streaming malicioso: cómo evitar caer en las trampas del fútbol online
“Durante la última década, hemos estado explorando la frontera de la computación tratando de anticipar qué viene después de los ordenadores y los móviles. (...) La plataforma que estábamos buscando son las gafas con IA”, escribe Andrew Bosworth en su resumen del año.
En esta visión, las gafas inteligentes se configuran como la base de la siguiente generación de dispositivos conectados, desplazando progresivamente al móvil como centro de la experiencia digital.
La IA como cimiento técnico del metaverso
La inteligencia artificial no solo compite por recursos internos con el metaverso, sino que también es una pieza clave para hacerlo posible.
Es fundamental para el reconocimiento espacial que permite (o permitirá) recrear entornos inmersivos, y la IA generativa —la tecnología tras chatbots como ChatGPT, Gemini o Claude— está contribuyendo a la creación de mundos virtuales.
Meta ha lanzado incluso un generador de escenarios a partir de prompts (instrucciones) para que los desarrolladores diseñen espacios dentro de Horizon Worlds, su plataforma virtual. La propia compañía presenta así la IA como un aliado técnico del metaverso, más que como un sustituto.
Un proyecto a décadas vista
Cuando Zuckerberg presentó el proyecto del metaverso, advirtió que su desarrollo llevaría años, quizá décadas. Roberto Romero, especialista en medios inmersivos y consultor, sitúa la fase decisiva en la década de 2030: “La década importante será la de los años 30. Entonces tendremos la suficiente evolución tecnológica y todos los elementos para poder construir la siguiente generación de dispositivos que te permitan estar hiperconectado”.
“La gente empezará a ver que ya no necesitaremos móviles porque habrá un dispositivo que entienda todo lo que hay a tu alrededor”, añade.
Mientras tanto, se van dando pasos intermedios. En noviembre, Meta presentó Hyperscape Capture, una aplicación capaz de crear un gemelo virtual de cualquier entorno físico.
Con ella, por ejemplo, un usuario puede compartir el salón de su casa con otros contactos para que, equipados con visores de realidad virtual, tengan la sensación de estar allí.
Escepticismo sobre el “metaverso de Meta”
Romero considera presuntuoso que Meta hable de estar construyendo “su” metaverso. “Sería como decir que alguien está construyendo su internet: es el entorno en el que nos moveremos”, matiza.
También rebaja las expectativas alimentadas por películas como Ready Player One o novelas como Snow Crash sobre lo que puede llegar a ser ese universo virtual.
“Nunca va a ser un mercado de la realidad virtual masivo, en el que todo el mundo esté allí todo el día. Esa visión no es certera ni tiene mucho sentido”, afirma. Sus palabras apuntan a un futuro en el que lo inmersivo convivirá con usos más cotidianos y menos espectaculares de la tecnología.
Nerviosismo inversor y recorte del 30%
Según fuentes de la compañía citadas por Bloomberg, Zuckerberg pidió a la división de metaverso de Meta recortes del 30% al no haberse encontrado “el nivel de competencia industrial en torno a esta tecnología que se esperaba”.
El proyecto ha estado bajo especial escrutinio de los accionistas, que lo ven como un sumidero de recursos, y de activistas preocupados por el impacto de los mundos virtuales de Meta en la privacidad y seguridad de los niños.
Reality Labs, la unidad que centraliza el proyecto de metaverso, ha perdido más de 70.000 millones de dólares desde principios de 2021, según las cifras manejadas por Bloomberg.
El anuncio de un recorte presupuestario en este segmento para 2026, acompañado de la aprobación de un dividendo, impulsó las acciones de Meta más de un 7%, después de que la compañía se hubiera dejado un 15% desde finales de octubre y un 20% desde su máximo anual de agosto.
En este contexto, la apuesta reforzada por la inteligencia artificial y las gafas con IA aparece como una forma de calmar a los mercados sin abandonar del todo la ambición de un futuro metaverso, aunque ahora se conciba como un horizonte más lejano y menos grandilocuente que en 2021.
Fuente: El País