Las urgencias de los principales hospitales como ser el Hospital Nacional de Itauguá y el Hospital de Clínicas de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNA están casi siempre abarrotadas de pacientes, muchos de los cuales llegan en último estado, precisando ingresar a la unidad de cuidados intensivos. Y en la generalidad no es culpa del paciente, ya que el acceso a la salud, con todo lo que eso conlleva para los chequeos, como equipos médicos y especialistas, sigue siendo una deuda pendiente del Estado.
Uno de los problemas que aqueja a diario al ciudadano del departamento Central y en particular al sanlorenzano es la ocupación provisoria o usurpación permanente de veredas, calles y hasta plazas, en contubernio con las autoridades municipales de San Lorenzo, cuanto menos por dejadez. En esta materia las sucesivas autoridades municipales coloradas, desde la dictadura y hasta en los 32 años de gobierno en democracia, están en deuda con sus habitantes.
El Gobierno se atrasó en proveernos las vacunas contra el covid-19. Mientras veíamos que en países de la región ya estaban vacunando a su población, nosotros estábamos en ascuas, con algún allegado nuestro enfermando gravemente, incluso familias enteras, y muchos muriendo mientras la economía también se venia en picada.
El viernes 28 de mayo una vez más se manifestaron los enfermos de cáncer y sus familiares frente al Instituto Nacional del Cáncer (Incan) para exigir al gobierno de Mario Abdo Benítez algo tan básico y que nunca debería faltar: medicamentos. Muchos esperan desde hace cinco meses los fármacos, otros más de un año, mientras algunos fallecieron durante esa espera que se hace eterna en el caso de los pacientes oncológicos.
Si bien en los últimos días estamos teniendo un descenso en el reporte oficial del número de pacientes fallecidos a causa del covid-19, las camas de internación como de la unidad de cuidados intensivos respiratorios siguen llenas. Además, la cifra de los contagios se mantiene elevada, mientras las vacunas llegan a cuentagotas.
Paraguay al igual que otros países pobres del mundo es y será el más afectado por la crisis sanitaria y económica generada por la pandemia del covid-19. Esa cantera stronista de políticos inescrupulosos, oportunistas y corruptos, mayormente colorados y sus allegados, minaron todas las instituciones públicas de serviles a quienes los ubicaron sin ánimo de servir al pueblo que paga sus salarios y privilegios.
El intendente de Villa Elisa, Ricardo Estigarribia, liberal llanista, es la única autoridad del Departamento Central que cobró notoriedad por su buena gestión en la pandemia del covid-19. Sin entrar a analizar y juzgar su administración municipal ni sus intenciones, intereses o aspiraciones, lo que se puede rescatar es que hoy por hoy los paraguayos nos merecemos y sobre todo nos urgen autoridades diligentes, como demostró ser este jefe comunal.
Los gobernantes, desde el presidente de la República Mario Abdo Benítez, la mayoría de los senadores, diputados, intendentes, gobernadores y hasta concejales municipales y departamentales siguen dando muestra de miserabilidad e indolencia con el pueblo que confío en ellos. En sus campañas políticas en busca de ser electos prometieron apostar por la salud y la educación, sin embargo, Paraguay continúa siendo el país de la región que menos invierte en estas dos áreas tan sensibles.
Los asegurados del Instituto de Previsión Social (IPS), en plena pandemia, de nuevo son pisoteados en sus derechos a recibir atención en tiempo y forma, y con calidad, por especialistas. Tras un año de desatarse la crisis sanitaria por el ingreso del covid-19 a nuestro país, los directivos del IPS siguen improvisando, comprometiendo la salud de la gente.
Días pasados se difundió un video en el cual se podía observar a unos jóvenes haciendo campaña contra las medidas sanitarias, como el uso de las mascarillas, además de la vacunación contra el covid-19. “Queremos vivir”, coreaban con aplausos de por medio en el patio de comidas de un conocido shopping de la ciudad de Asunción.