El “Index Librorum Prohibitorum”, el índice de libros prohibidos, conocido generalmente solo como “Index”, era un catálogo que la Iglesia Católica mantuvo hasta 1966, conteniendo la lista de obras que los jerarcas católicos impedían que se lean y conozcan con todo el poder coercitivo del que fueron capaces hasta su último minuto.
El debate nacional está centrado desde hace unos días en una ley de EE.UU., la ley Magnitsky, promulgada por el presidente Barack Obama en 2012 y ampliada en 2016. Esta ley otorga al presidente de EE.UU., al poder Ejecutivo de ese país, facultades discrecionales para castigar a las personas u organizaciones que estime conveniente, a su arbitrio.
Los senadores Ever Villalba y Celeste Amarilla (Partido Liberal Radical Auténtico, PLRA) y José Oviedo (Cruzada Nacional) presentaron un proyecto de ley para volver a votar con boletas de papel. José precisó el pasado jueves 1 de agosto, en “Mesa” por ABC TV, que sólo pretenden volver a las boletas para elegir a los cargos unipersonales. Sin embargo, Ever nos había dicho el miércoles 31, en la “La Primera Mañana” por la 730 AM ABC Cardinal, que el proyecto tendría el efecto de derogar el desbloqueo de listas.
Quedaron inaugurados el viernes pasado los Juegos Olímpicos, en París, una celebración de las más maravillosas que tiene la Humanidad en su conjunto. Los Juegos se celebraron regularmente cada cuatro años desde 776 antes de la era cristiana, hasta el año 394 de la misma y eran el momento de la belleza, la poesía, el esfuerzo y la paz.
Ursula von der Diktatur fue reelegida presidenta de la Comisión Europea (Poder Ejecutivo de la Unión Europea) esta semana pasada con el apoyo de supuestos cuatro grupos (verdes, “liberales”, socialistas y populares, que es como se autodenominan los demócratas cristianos desde hace un tiempo) que, en realidad, son un solo partido hegemónico: cuando las circunstancias lo requieren, se muestran como lo que en verdad son, casi un partido único.
Creo que nadie mínimamente serio podría negar que cuando alguien recibe dinero de Estados u organizaciones extranjeros, o instrucciones, para intervenir en la gobernanza (“1. f. Forma de gobernar, especialmente si es eficaz y adecuada a los fines que se persiguen. Sin.: gobernabilidad, gobierno, mandato. 2. f. desus. Acción y efecto de gobernar o gobernarse”) ese alguien es un agente (“Del lat. agens, -entis, part. pres. act. de agĕre ‘hacer’…3. m. y f. Persona que obra con poder de otra para gestionar algo en su nombre. Agente artístico, agente literario, agente de negocios. Sin.: delegado, apoderado, representante…intermediario…”) de ese Estado u organización para actuar en el nuestro.
Las empresas/sucursales de financistas extranjeros autodenominadas “Organizaciones No Gubernamentales” (ONG) u “Organizaciones de la Sociedad Civil” (OSC) u “Organizaciones Sin Fines de Lucro” (OSFL) emitieron un comunicado en el que insinúan que si se les impone transparentar sus cuentas por ley podrían trabajar en debilitar la calificación crediticia de nuestro país: “…promover leyes que restrinjan principios fundamentales de una democracia participativa… nos alejaría del grado de inversión…”