Exitosa recarga de fuentes de agua subterránea en la Reserva de Biósfera del Bosque Mbaracayú

En zonas aledañas a la Reserva del Mbaracayú se llevó adelante el proyecto de conservación de agua impulsado por Coca-Cola Paraguay.
En zonas aledañas a la Reserva del Mbaracayú se llevó adelante el proyecto de conservación de agua impulsado por Coca-Cola Paraguay.BARO BRIZUELA

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En Paraguay, Coca-Cola trabaja en la biosféra de la Reserva de Mbaracayú con la Fundación Moisés Bertoni y la Fundación Avina en un proyecto de recarga de las napas subterráneas a través de la recuperación de suelo. Esto se enmarca dentro del compromiso global de la compañía de devolver el 100% del agua que utiliza para elaborar su producto.

Este proyecto tuvo una duración de cuatro años. “Estamos dando cierre de este proyecto con la meta cumplida. Hoy, en Paraguay, podemos decir que Coca-Cola repone a los ecosistemas el 100% de agua que utilizamos para elaborar nuestros productos”, destaca Angel Almada, gerente de Asuntos Públicos, Comunicaciones y Sustentabilidad de Coca-Cola Paresa.

Este programa benefició a 252 familias de agricultores. Mediante el método de siembra directa en más de 360 hectáreas, el proyecto favoreció la productividad de esos suelos y la infiltración de agua de lluvia a fuentes subterráneas.

Los agricultores utilizaron métodos de siembra directa, cobertura vegetal del suelo todo el año y pequeñas obras de infraestructura, como curvas de nivel y canteros, lo que reduce la erosión y prepara los suelos para una mejor infiltración del agua de lluvia, para recargar y conservar las fuentes de aguas subterráneas.

El trabajo se realizó en zonas aledañas a la Reserva Mbaracayú, ubicada a unos 315 kilómetros de Asunción, en la localidad de Villa Ygatimi, departamento de Canindeyú, donde se extiende uno de los ecosistemas en mejor estado de conservación en nuestro país, en un área de 64.406 hectáreas.

Los agricultores que participaron pusieron una hectárea de suelo desmejorado y el proyecto en sí los recursos para mejorar ese suelo. “La metodología de siembra directa recupera el suelo, lo cubre de vegetación, hace que el suelo sea más productivo, hace que ese suelo pueda volver a cultivar distintos rubros. No es que uno cultiva algo y pasa a otra parcela de tierra, sino que en esa misma parcela de tierra el pequeño agricultor puede estar cultivando permanentemente, en diferentes épocas del año. Esa es la metodología de siembra directa que es una metodología que hoy está más vinculada a los grandes agricultores. En este caso, son pequeños agricultores que acceden a esta metodología y recursos, para mejorar su nivel de productividad”, sostuvo Almada.

Además de mejorar la calidad del suelo, el pequeño agricultor tiene ingresos extras que mejora su calidad de vida, su capacidad productiva y con la cobertura de las más de 360 hectáreas, por la cantidad de lluvia que se tiene, esa agua se pueda infiltrar y hacer la recarga de las napas.

Para la siembra directa se prepara el suelo de manera mecanizada. “Remitimos análisis de suelo a laboratorio y de acuerdo a eso entregamos cal agrícola, luego se hace siembra de abono verde de verano y siembra de maíz u otro cultivo de acuerdo a lo programado por el agricultor. Luego cerramos con la plantación o abono verde de verano”, explica Pedro Sanabria, coordinador de Extensión rural de la Fundación Moisés Bertoni.

“Gradualmente fuimos incrementando la cantidad de agricultores. Se inicia con asistencia técnica muy fuerte con estos pequeños agricultores, desde charlas técnicas, muestra de suelos para análisis y a partir de ahí el equipo técnico comienza a identificar las necesidades de cada parcela, a identificar los insumos necesarios para que ese suelo mejore sus condiciones y que el productor mejore su productividad, sus productos y ese excedente pueda generar recursos, para la renta y los recursos de la familia”, agrega Hugo Mora, gerente de Desarrollo territorial de la Fundación Moisés Bertoni.

Para Coca-Cola Paraguay, esta experiencia enriquecedora nace en el marco del desarrollo de su política de manejo del agua basado en cuatro pilares: Proteger cuencas, Reabastecer el agua que utiliza en sus bebidas, Reducir el consumo de agua en sus plantas y Reciclar el agua de sus procesos productivos.

Desde la Fundación Avina se han facilitado la gestión del cuidado del agua en el país mediante una gobernanza colaborativa hacia el cuidado de los ecosistemas. “Consideramos que los procesos colaborativos son el eje de un modelo de trabajo que impacta de manera positiva en la calidad de vida de las personas. Por ello, la participación multisectorial inclusiva, la asociatividad y el fortalecimiento de los actores son claves, como en el caso de los trabajos realizados en este proyecto, buscando garantizar una gestión sostenible del agua mediante la implementación de prácticas innovadoras que además mejoren la calidad de vida de las personas”, sostuvo Paula Burt, coordinadora Programática de la Fundación Avina.

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