Esta es la primera vez que se localiza esta emisión diurna del oxígeno atmosférico fuera de la Tierra, la cual ofrece información sobre la composición y dinámica de la atmósfera, y además ha permitido resolver una controversia entre medidas atmosféricas en tierra y cálculos atómicos.
El hallazgo, en el que colaboraron investigadores del Instituto Astrofísico de Andalucía (IAA-CSIC) , en España, ha corrido a cargo del instrumento NOMAD, a bordo de la misión ExoMars de la Agencia Espacial Europea (ESA) en órbita alrededor de Marte desde 2016.
La luminiscencia atmosférica es un fenómeno natural de nuestra atmósfera, que resulta de la interacción entre la luz solar y los átomos que la componen, explica el español Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en un comunicado.
Dependiendo del compuesto involucrado se emite luz en distintas longitudes de onda y una de las más intensas se debe a la excitación de los átomos de oxígeno, que aportan el tono verdoso de las auroras polares y producen una línea verde sobre el planeta que se puede ver durante la noche desde el espacio.
La emisión del oxígeno durante el día es más esquiva, ya que compite con la luz solar, y hasta ahora El estudio, además, proporciona “una herramienta para comprender la interacción de la radiación solar con la atmósfera marciana”, dijeron los científicos.
El NOMAD detectó dos picos de emisión producidos por átomos de oxígeno, uno más brillante, a unos 80 kilómetros de altura, y otro más débil a unos 120 kilómetros.
“Era esperable, pero difícil de observar. Por fin la hemos encontrado”, dice Miguel Ángel López-Valverde, investigador del IAA-CSIC.
Los investigadores concluyeron que la línea verde de la atmósfera de Marte se produce por la fotodisociación de ls moléculas de dióxido de carbono, el elemento más abundante en la atmósfera marciana.
Una vez rotas esas moléculas en oxígeno y monóxido de carbono, los átomos de oxígeno interactúan con la radiación ultravioleta del Sol y producen la luminiscencia en la región verde de la luz visible y una emisión más débil en el ultravioleta.
Los datos de NOMAD permitirán detectar remotamente cambios estacionales en el dióxido de carbono a una altura de unos 80 kilómetros desde la superficie.