La terapia hormonal para la menopausia no parece influir en que aumente o disminuya el riesgo de demencia en mujeres posmenopáusicas, según un estudio encargado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los resultados, de acuerdo con el UCL, aportan “una claridad muy necesaria a un tema muy debatido y refuerzan las directrices clínicas actuales”, según las cuales la terapia de reemplazo hormonal “debe guiarse por los beneficios y riesgos percibidos y no por la prevención de la demencia”.
Los investigadores no encontraron “ninguna asociación significativa” entre la terapia hormonal para la menopausia y el riesgo de demencia o deterioro cognitivo leve.
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Los análisis adicionales por subgrupos, basados en el momento, la duración y el tipo de terapia hormonal para la menopausia, tampoco revelaron ningún efecto significativo.
No encontraron pruebas de que esta terapia hormonal afectara al riesgo de demencia después de la menopausia precoz, señaló el UCL en un comunicado.
El equipo advirtió de que sus hallazgos están limitados por la escasez de ensayos controlados aleatorios relevantes y que gran parte de la evidencia es de certeza relativamente baja.
Por ello, consideró necesario realizar investigaciones de alta calidad y a largo plazo, especialmente en mujeres de minorías étnicas o con menopausia precoz, insuficiencia ovárica prematura o deterioro cognitivo leve.
La publicación del estudio sigue al anuncio realizado en noviembre por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos de que eliminaría para este tipo de tratamiento la llamada ‘advertencia de recuadro negro’, la máxima advertencia frente a los posibles efectos de un fármaco.
Esas advertencias incluían anteriormente “afirmaciones refutadas” sobre posibles riesgos para la salud a largo plazo, entre ellas la posibilidad de un aumento del riesgo de demencia, agrega la nota.
Debate público
En todo el mundo, la demencia afecta de manera desproporcionada a las mujeres, incluso teniendo en cuenta que tienen una esperanza de vida más larga.
Por ello, “existe una necesidad apremiante” de comprender qué podría estar provocando ese riesgo e identificar formas de reducirlo, manifestó la autora principal del estudio Melissa Melville, de la UCL.
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Las investigaciones contradictorias y las preocupaciones sobre los posibles daños han alimentado el debate público y clínico, “dejando a las mujeres y a los médicos sin saber si la terapia hormonal para la menopausia podría aumentar o reducir su riesgo de demencia”.
En la actualidad, la OMS no ofrece ninguna orientación sobre la terapia hormonal para la menopausia y sus efectos cognitivos, lo que “supone un vacío importante para los médicos y los responsables políticos”, consideró Aimee Spector, otra de las firmantes.
Para aclarar las cosas, explicó, “hemos revisado las investigaciones más rigurosas que existen sobre el tema y hemos descubierto que la terapia hormonal para la menopausia no parece influir ni positiva ni negativamente en el riesgo de demencia”.
Esta revisión -consideró- “contribuirá a la elaboración de las próximas directrices de la OMS sobre la reducción del riesgo de deterioro cognitivo y demencia, cuya publicación está prevista para 2026”.