Nacional 2-Libertad 0: El fútbol paraguayo es una lágrima

Libertad debutó anoche en la Copa Libertadores con una derrota en Montevideo contra Nacional por 2-0. El más ganador del siglo XXI en nuestro medio no pudo hacer honor a su condición de múltiple campeón. Fue una nueva demostración de la mediocridad del fútbol paraguayo.

Leandro Lozano  festeja su gol. La expresión corporal de Rodrigo Morínigo y Luis Cardozo refleja la mala noche liberteña.  AFP
Leandro Lozano festeja su gol. La expresión corporal de Rodrigo Morínigo y Luis Cardozo refleja la mala noche liberteña. AFP223615+0000 DANTE FERNANDEZ

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Plantel rico con una pobre propuesta

Dentro de lo discreto que fue el espectáculo a nivel general, Nacional aprovechó la pasividad liberteña para ir generando cargas hasta ponerse al frente en el marcador con estricta justicia. El aviso lo dio de arranque Bentancourt, quien desperdició una ocasión clara. La culminación de la acción parecía más un rechazo que una definición.

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El “Guma” se limitó a correr detrás de la pelota. No se había a qué jugaba. Ya en desventaja tuvo un tiro libre prometedor, pero el envío del Súper Ramírez fue como un despegue de avión. Bien arriba.

La llegada del tanto tricolor era cuestión de tiempo. Los laterales fueron protagonistas. Zurdazo de Gabriel Báez, con pasado en Cerro Porteño, redireccionado por Lozano.

Se esperaba un “shampoo” en el entretiempo de parte de Ariel Galeano para la sacudida repollera. Nada de eso pasó. Mal planteamiento, cambios tardíos, los problemas se fueron agravando.

La segunda anotación local no debió subir al marcador, por una falta previa sobre Melgarejo que no fue cobrada. Asistencia de Báez, que parecía Roberto Carlos, para la conversión de cabeza de Bentancourt. El paraguayo “Toño” Galeano tuvo una noche inspirada. Es que no le marcaban, le hacían sombra. Pleito liquidado. La sacó barata Libertad, cuyo primer disparo al arco se dio en el minuto 77 mediante el Demonio Bareiro. Si el “Ropero” Santander estuviese fino, se consumaba la goleada.

A Libertad, lo que tiene le sobra para el plano local, no le alcanza para el internacional. Y no pasa por los jugadores, sino por su conducción técnica bisoña. Con semejante plantel, a esta altura el equipo debería estar volando. Lamentablemente, nuestro fútbol agoniza. Si nuestro supercampeón demuestra una imagen tan mala, qué se puede esperar del resto que no cuenta con la misma logística. Nunca es tarde para enderezar el rumbo. Es cuestión de voluntad.

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