Baraja y el Valencia celebran en San Valentín la segunda parte de su historia de amor

Carlos RosiqueValencia, 13 feb (EFE).- El técnico del Valencia, Rubén Baraja, cumple este miércoles 14 de febrero, día de San Valentín, su primer año al frente del Valencia, una nueva etapa en el club de su vida, en el que disfrutó de diez temporadas como futbolista, y que ahora dirige, con el apoyo incondicional de la grada y la directiva.

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Hace un año llegó a un Valencia que estaba en puestos de descenso y había encadenado cinco derrotas consecutivas, pero lo hizo feliz. "Para mí entrenar el Valencia es el sueño de mi vida, por eso soy entrenador. Cuando me planteo entrenar el hito máximo es poder entrenar al Valencia algún día, así que imagínate que en una situación de gran dificultad te llame. Es un día feliz y volver a casa es un gran honor", afirmó aquel 14 de febrero.

Su discurso de amor a la entidad y exigencia histórica conectó desde el principio con una grada que le tenía como referente en el campo y, un año después, uno de los pocos puntos de acuerdo entre la mayoría de la afición y la directiva del club de un máximo accionista Peter Lim, con el que aún no ha trascendido que haya hablado.

Finalmente logró darle la vuelta a la temporada y dejar a la entidad en décimo sexta posición al término de la campaña, aunque hubo que esperar a la última jornada para confirmar la permanencia. El vallisoletano logró salvar a 'su' equipo con mucho sufrimiento, intentando cerrar la sangría defensiva del equipo y, sobre todo, acogiéndose a Mestalla.

Una y otra vez, desde la sala de prensa, arengó a los seguidores a que acudieran a recibir al equipo y en el campo fueron varias las veces en las que, brazos arriba, empujó a Mestalla para que apretara. Tras perder hasta cinco encuentros como local antes de que llegara Baraja, después sólo perdió en casa una vez más en los siguientes ocho partidos.

De hecho, gran parte de la salvación la consiguió como local, con importantes victorias ante la Real Sociedad, Osasuna, el Valladolid en la prolongación o incluso ante el Real Madrid, mientras que como visitante el equipo seguía siendo muy inestable e irregular, como lo ha venido siendo en los últimos cursos desde la marcha de Marcelino García Toral.

Tras salvar al equipo y convertirse de nuevo en un referente social del club, el Valencia se lanzó a renovar a Baraja con un contrato por dos temporadas más, hasta junio de 2025. Su presencia ha demostrado ser hasta ahora un acierto deportivo y un 'escudo' social.

El técnico ha esquivado las críticas públicas al club en todo momento, incluido el cierre del mercado estival e invernal, pese a que no se cumplieron todas sus expectativas. Entre las exigencias del técnico para renovar estuvieron algunas salidas, pero también que el club reconociera oficial y públicamente que el objetivo del curso era la salvación.

La incertidumbre de los pocos fichajes y las muchas salidas que acometió la entidad asustó a la afición del Valencia, pues apenas vio llegar a Pepelu, un centrocampista del Levante, Amallah, mediapunta cedido desde el Valladolid, Yaremchuk, también cedido, y Cenk, que realmente ya había estado el curso pasado.

No obstante, el equipo echó a andar y, con una pretemporada por delante, asentó las bases de este nuevo proyecto. Lo recalcó el internacional Hugo Guillamón en una entrevista en VCF Media Radio hace una semana: "Baraja no tuvo tiempo para asentar las bases la temporada pasada, pero desde pretemporada ha marcado las pautas del equipo y está haciendo un gran trabajo".

Así, el hecho de poder contar con una pretemporada para insistir en el modelo de juego en el que cree, que normalmente es un 4-4-2, que opta por defender juntos, cerrar la portería y contraatacar con velocidad por las bandas, ha sido uno de los grandes cambios que ha propiciado un notable inicio de temporada de los de Baraja.

El equipo empezó bien la campaña y fue asentándose en la zona tranquila de la clasificación con los triunfos ante el Atlético de Madrid, Cádiz o Granada, antes de encadenar cuatro triunfos consecutivos que le hicieron soñar con Europa. Ahora, a pesar de la derrota ante Las Palmas, continúa noveno y opta a la séptima plaza, que podría dar acceso a Europa.

En palabras del propio Baraja, este "ha sido un año intenso", pero "hay una diferencia importante entre un equipo sobre la marcha, tratando de adaptarte a la competición, y otra cuando puedes empezar a trabajar desde cero en pretemporada".

Para Baraja, que habló el pasado viernes sobre este primer año como técnico del Valencia, explicó que ese día estaban trabajando "un aspecto de línea defensiva" y todavía repitiendo cosas que hacían en pretemporada: "El fútbol es mucho de insistir y que tus conceptos calen y la pasada era de sacar resultados", incidió el 'Pipo'.

"Ahora, el equipo ha asimilado muchas cosas, está en absoluto crecimiento. El 'feedback' es muy positivo, porque ellos te dan respuestas en la toma de decisiones y por eso el equipo está convencido, creyendo en lo que hacemos. El objetivo ahora es mantener la tensión competitiva", concluyó un Baraja que suma más de cuatrocientos partidos en la disciplina valencianista, 362 de ellos como jugador y 45 como técnico.

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