Zahra Nemati, disparando con flecha hacía un futuro más comprometido

David RamiroTokio, 4 sep (EFE).- A los 18 años la vida de Zahra Nemati cambió por completo. Fue atropellada por un automóvil, sufrió una lesión en la médula espinal y quedó en silla de ruedas. Una vida transformada por un accidente que la obligó a empezar de nuevo y buscar su hueco en una sociedad poco preparada para las personas con discapacidad.

https://cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/abccolor/3IJZ3QIUVJGC5BIWUT6Q526X6U.jpg

Cargando...

Zahra Nemati (Kerman, Irán; 1985) era cinturón negro en taekwondo antes del accidente pero con la silla de ruedas fue inviable seguir practicando ese deporte de contacto. Tras recuperarse del trauma inicial que supuso quedarse en silla, con el tiempo encontró una nueva ilusión en el tiro con arco, una disciplina que empezó a practicar en 2007.

"El tiro con arco me hizo fuerte y me enseñó el significado de la fuerza. Estuve cerca de perder mi vida pero tuve la oportunidad de seguir viviendo", confiesa.

El paralelismo que encuentra entre el tiro con arco y la vida es lo que la motiva y la hace seguir cada día intentando ir un paso más allá. "Cuando disparas la flecha y apuntas al oro, no puedes pensar más en ella. La flecha ya es parte del pasado y por eso no podemos pensar de nuevo en ella".

"La flecha tiene que ser como el futuro, un objetivo del que no sabemos qué pasará. Hay que pensar en divertirse y disfrutar la vida. Esa es mi filosofía, la que sigo en mi ejercicio y mi entrenamiento. Si el arquero puede pensar de esa manera, puede obtener el éxito", declara.

Su progreso y evolución como tiradora la llevaron a disputar el Mundial de Turín (Italia) en 2011. Fue el primer paso antes de disputar sus primeros Juegos Paralímpicos en Londres. De la ciudad británica salió con dos medallas (oro y bronce), de Río de Janeiro con otras dos (oro y plata) y de Tokio con otro oro.

Su medalla de oro en el recurvo individual femenino en los Juegos de Londres 2012 la convirtió en la primera iraní de cualquier deporte en ganar una medalla de oro en una cita paralímpica.

Cuatro años más tarde, y como reconocimiento a una trayectoria ejemplar marcada por el compromiso, fue elegida abanderada para desfilar llevando la bandera de Irán.

"Esos Juegos fueron muy especiales para mí porque se definió una posición muy especial para las mujeres. Significa que las mujeres y las niñas, a pesar de tantos desafíos y dificultades, pueden dar lo máximo y pueden tener el reconocimiento", confiesa.

En Tokio, Zahra Nemati comenzó su participación con una victoria (6-5) sobre la rusa Svetlana Barantseva en octavos de final. Después venció a la brasileña Fabiola Dergovics (7-1) en cuartos y a la griega Dorothea Poimenidou (6-2) en semifinales. En la final, también superó a la italiana Vincenza Petrilli (6-5) aunque con sufrimiento. Iba ganando el partido por 5-1 pero Petrilli remontó y, en el desempate, tiró primero consiguiendo un 9, una puntación que obligó a Nemati a clavar un diez para llevarse el oro.

"Estoy muy feliz por mi tercera medalla de oro consecutiva en los Juegos Paralímpicos. Fue muy duro porque mi rival italiana tuvo un buen concurso hasta el último momento pero estoy muy feliz de morder a mi duro oponente", declara.

Para Nemati competir en los Juegos sirve para romper estereotipos asociados a la gente con discapacidad y mandar un mensaje al mundo de inclusión, respeto e integración.

"El deporte, y en mi caso el tiro con arco, ha ejercido muchos cambios, pero a me gusta cambiar el mundo a mi alrededor. Por eso pienso que hacer tiro con arco al más alto nivel puede suponer un punto de inflexión para que la gente de todo el mundo cambie su mirada sobre las personas con discapacidad", declara.

Durante estos últimos años, Zahra ha ejercido como embajadora de Naciones Unidas en calidad de representante de la mujer a través del deporte y de los objetivos de desarrollo sostenible de la UNESCO. Además, el Comité Paralímpico Internacional (IPC) la concedió este año el reconocimiento del Día Internacional de la Mujer en la categoría 'Próxima Generación' por su trabajo en "promover conciencia sobre la inclusión de las mujeres y de la gente con discapacidad".

"Estoy muy feliz porque represento a las mujeres iraníes. Es un honor para mí ganar un premio pero viene con una enorme responsabilidad. Este premio del IPC inspirará a las mujeres con discapacidad en Irán y globalmente", señala.

En su discurso, en aquel momento, fue tajante al hacer su petición. "Por favor, quiero que me consideren una iraní y no arquera paralímpica. Estoy aquí como activista por los derechos humanos en Irán".

Una diana y un objetivo. El presente mirando al futuro y el tiro con arco como metáfora de una vida repleta de obstáculos que espera ir superando desde una silla de ruedas con la que gira por el mundo. En Tokio ha formado parte de una extensa delegación de 63 deportistas que, poco a poco, van cambiando el sentir del movimiento paralímpico en su país enviando un mensaje global de compromiso.

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...